Cree que el reto consistirá en financiar a bancos y entidades en la zona eurowashington. De nuevo el Fondo Monetario Internacional optó ayer por lanzar un mensaje algo tergiversado y poco claro sobre el sistema bancario de nuestro país, especialmente si tenemos en cuenta que parte de los datos empleados para elaborar su Informe Global sobre Estabilidad Financiera (GSFR, por sus siglas en inglés) son de cierre de 2010 y habría que añadir todos los planes que se están llevando a cabo para recapitalizar el sector. Dicho esto, José Viñals, director del Departamento de Asuntos Monetarios y Mercados de Capital de la institución, reconoció tras la rueda de prensa que tuvo ayer en Washington que "sin duda" queda mucho por hacer en el proceso de restructuración y consolidación de las cajas. De hecho, el informe publicado ayer por el FMI puso de manifiesto la "vulnerabilidad" a la que todavía se enfrentan estas entidades, amenazadas por su exposición a los bonos de deuda soberana, bien sea española o extranjera, al sector inmobiliario, sea este residencial o comercial, y unos mayores costes de la financiación mayorista. En este sentido, el exsubgobernador del Banco de España indicó que "es fundamental llegar a una situación cuanto antes en la que los nuevos grupos y cajas resultantes sean lo más eficientes posibles y puedan acceder a la financiación en los mercados de la forma más barata posible y con las mejores condiciones". Para ello, la institución internacional recomendó copiar el modelo estadounidense que, a través de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC), es capaz de echar el cierre a las entidades bancarias moribundas. Por eso, el GSFR no descarta como plan viable "cerrar las instituciones débiles", en un "proceso de resolución de los bancos más pequeños". Al ser preguntado por la situación de la CAM, Viñals fue claro al determinar que "si la entidad no puede acceder a la financiación de inversores privados o participar en las fusiones, siempre queda la posibilidad de acudir al Frob". "Esto no es ninguna sorpresa", matizó. El FMI advierte que "el desafío más apremiante en los próximos meses será la financiación para los bancos y entidades soberanas, particularmente en los países vulnerables de la zona del euro". En lo que se refiere al primer punto, el equipo de Viñals, mostró especial preocupación por los 3,6 billones de dólares en obligaciones de deuda que madurarán en los próximos años.