La Eurocámara insta a la Comisión Europea a investigar la contaminación acústica de la T-4Casi 30 pueblos de la zona norte de Madrid se enfrentan a Fomento por el ruido del aeropuertomadrid/bruselas. "Cada dos minutos un avión sobre nuestras cabezas. El ruido es insoportable. Así no se puede vivir". Son palabras de uno de los afectados por la ampliación del aeropuerto madrileño de Barajas tras la construcción de la T-4. Pero podrían ser de cualquiera de los 600.000 vecinos del norte de Madrid, que hartos de esta situación, han emprendido una batalla contra Aena y el Ministerio de Fomento tanto en los tribunales como en la Unión Europea (UE). En Madrid, el Juzgado de Instrucción número 1 de Alcobendas ha citado ya a declarar como imputados al director de Barajas, Miguel Ángel Oleaga, al presidente de Aena, Manuel Azuaga y al director general de Aviación Civil, Manuel Bautista, por un posible delito contra el medio ambiente a raíz de los ruidos de los aviones que cada día despegan o aterrizan en el aeropuerto.Pero la Unión Europea tampoco se queda atrás. El Parlamento comunitario ha dado ya el primer paso para la apertura de un expediente después de que su Comisión de Peticiones admitiera a trámite el pasado 14 de agosto la última queja de los vecinos contra lo que se conoce como la radial 332, la autopista aérea abierta tras la construcción de la T-4. Esta ruta sustituyó a la que había antes sobre el Valle del Jarama o el municipio de Goloso, al norte de la capital, debido, además de la nueva terminal, a la construcción de los nuevos rascacielos en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid y al desarrollo de la Operación Chamartín para construir más torres en la prolongación del Paseo de la Castellana. La Eurocámara no tiene poderes para tomar cartas en el asunto, pero en estos casos actúa como correa de transmisión de las denuncias ciudadanas al transmitir las que considera relevantes a la Comisión Europea, el ejecutivo de la UE. De hecho, el Parlamento ha pedido al Ejecutivo comunitario la apertura de una "investigación preliminar" sobre el impacto de la ampliación de Barajas.La respuestaBruselas no está obligada a abrir la investigación, pero sí a responder a la demanda de los eurodiputados. De modo que si se lava las manos, al menos deberá argumentarlo y retratarse. Fuentes comunitarias consideran que lo más probable es que la Comisión Europea se dirija al Gobierno español para solicitarle información sobre la ampliación del aeropuerto y la construcción de la T-4. Si luego considera que hay gato encerrado, podría abrir un expediente formal.Éste podría culminar en la imposición de multas millonarias al Estado español por cada día que pase sin resolver el problema. Para los afectados lo deseable sería que la amenaza fuera disuasiva, y empujara a Madrid y a Aena a resolver la situación evitando pleitos con Bruselas. De lo contrario, los resortes comunitarios son muy lentos y antes de llegar a las multas, Bruselas debería derrotar por dos veces al Gobierno ante el Tribunal de Justicia de la UE. Estamos hablando, por tanto, de un litigio que se prolongaría más de un lustro.La Comisión Europea confirmó ayer que ha recibido la demanda del Parlamento para abrir una investigación. Pero todavía ni siquiera ha decidido quien se encargará del tema. Fuentes comunitarias puntualizan que lo más posible es que la voz cantante la lleve la Dirección General de Medio Ambiente, responsable de la lucha contra la contaminación acústica. Los expertos de este departamento podrían apoyarse, no obstante, en los de la Dirección General de Sanidad -dado que el tema tiene la vertiente de la protección de la salud humana- y en los de la de Transportes. Aena, mientras tanto, declinó ayer hacer ningún comentario argumentando que "todavía no hemos recibido la notificación oficial de la Comisión". Para los denunciantes la única opción, además de desviar las rutas aéreas del trazado actual, consistiría en reducir el número de operaciones máximas que se pretenden realizar en Barajas: 120 por hora, frente a las 80 ó 90 que se realizan en la actualidad. Bruselas lo estudiará y tomar ahora una decisión.Pero al margen de la cuestión ambiental, según las denuncias presentadas ante el Parlamento Europeo, otro de los problemas está en el desarrollo urbanístico de la zona. El Ayuntamiento de Tres Cantos, uno de los más afectados, ha aprobado por ejemplo un plan que permitirá incrementar la población del municipio más de un 50 por ciento, hasta los 60.000 habitantes. Esto será posible gracias al desarrollo de lo que se conoce ya como Nuevo Tres Cantos y que suma miles de viviendas bajo la autopista aérea. "Están construyendo y vendiendo casas a gente que, en muchos casos, desconoce los problemas ambientales a los que se va a exponer", aseguran Marc de Schower y Pedro López, vecinos del pueblo y miembros de la asociación que ha llevado a Aena ante el Parlamento Europeo. El caso, además, tiene antecedentes. El propio Ministerio de Fomento frenó una gran operación urbanística en San Sebastián de los Reyes porque estaba diseñada en una zona que sufre los ruidos de los aviones. El objetivo era construir 5.300 viviendas, pero ahora todo esta paralizado. Cómo en otros 30 pueblos.