La cadena británica de tiendas de informática asegura que podría ahorrarse casi 6 millones de pérdidas al añomadrid. Esta vez ni apagando el ordenador para volver a reiniciarlo. La caída del consumo en España es tan severa que el grupo británico Dixons Retail, propietario de la cadena de tiendas PC City, anunció ayer en un comunicado a la Bolsa de Londres que se está planteando su marcha. "Con el entorno del consumo en España mostrando nuevos signos de debilidad, el grupo ha iniciado un periodo de análisis para estudiar todas las opciones posibles, que incluyen una potencial salida de las operaciones". En esta línea, y aunque subrayó que la evolución en los últimos años ha sido satisfactoria, la empresa reconoció que España es un país "deficitiario", sobre todo porque "la confianza de los consumidores es frágil y se prevé que continúe así en el futuro próximo". Dixons Retail estima que el fin de sus operaciones en España ahorraría a la compañía aproximadamente 5 millones de libras (5,7 millones de euros) en pérdidas. Su salida no es complicada porque la duración media de los contratos de arrendamiento de las 34 tiendas que aún conserva -llegó a tener más de 40- tienen una duración inferior a los cuatro años. La decisión final podría comunicarse en breve, una vez concluya el proceso de revisión de los activos, aunque Dixons ha dejado ya muy claro que tendrá que centrarse en los mercados más rentables y poner en marcha iniciativas adicionales para reducir todos sus costes. La cadena ha anunciado asimismo un profit warning, o lo que es lo mismo, ha revisado a la baja la previsión de beneficio para el conjunto de su ejercicio fiscal -que finaliza en abril-, y que rondará los 96 millones de euros (85 millones de libras), por debajo de los 119 millones de euros (105 millones de libras) previstos inicialmente. La decisión se debe al pronunciado descenso del consumo. Y no sólo en el mercado español. En Reino Unido e Irlanda sus ventas han caído un 11 por ciento en las últimas once semanas, señala. Por eso, se centrará en los mercados en los que obtenga mayores márgenes. Y España, evidentemente, no es el caso. Al menos ahora.