El establecimiento, uno de los más lujosos de Barcelona, fue comprado por Armando Béjar hace diez años barcelona. El grupo de restauración Paradís no ha conseguido devolver el prestigio al restaurante Reno, uno de los más lujosos de la Barcelona. Tras comprarlo hace diez años, la compañía que fundó Armando Béjar ha sido incapaz de reflotar el establecimiento y finalmente ha acabado vendiéndolo. El nuevo propietario del restaurante es el grupo Olivé, propiedad del empresario catalán Josep Olivé Carbonell.El grupo Olivé, que emplea a más de 200 personas, cuenta en la actualidad con cuatro restaurantes en la ciudad de Barcelona: L'Olivé, el Vinya-roel, Paco Meralgo y el Barceloneta, donde el director de cine Woody Allen ha filmado escenas de su última película.Según confirmó un portavoz de Paradís a elEconomista, "Grupo Paradís ha considerado centrar sus esfuerzos en otras líneas de crecimiento y abandonar el Reno". Sin embargo, su fundador "Armando Béjar, a título personal, permanecerá en la sociedad propietaria del Reno y dará entrada a Josep Olivé, que con su grupo asumirá la mayoría de capital y la gestión en esta nueva etapa".El restaurante permanecerá cerrado durante los próximos ocho meses en los que el grupo Olivé realizará "importantes reformas con el objetivo de llevar a término un atractivo y nuevo proyecto de restauración", explicó el mismo portavoz.Paradís, que fue fundado en 1967 por Armando Béjar a partir del restaurante Can Amat, compró el Reno con el objetivo de devolverle el prestigio perdido. Sin embargo, también aprovechó la marca Reno para lanzar una línea de catering de gama alta. Esa iniciativa tampoco logró el objetivo previsto y el grupo utilizó el local sólo para banquetes.