El euroregulador insiste en que ha endurecido las pruebas pese a que aún presentan lagunasbruselas. La Autoridad Bancaria Europea (organismo que reúne a los reguladores y supervisores bancarios de los 27 países de la UE) desveló ayer la metodología de los test de estrés a los que se someterá esta primavera al 60 por ciento de la banca continental. Y aseguró que esta ronda de pruebas será más estricta que la de 2010, que fracasó al no detectar en los resultados presentados en verano que a finales de año se desplomaría la banca irlandesa y en su caída arrastraría a su Estado a la quiebra. Los bancos estarán obligados este año a desvelar su exposición total a la deuda soberana. El año pasado sólo se evaluó su exposición a corto plazo, es decir, la posible pérdida de valor de los títulos de deuda pública en su cartera de negociación o trading book, lo que per- judicó a la imagen de la banca española frente a la centroeuropea. Ésta última no se vio obligada a desvelar su cartera a vencimiento o banking book en la que, al contrario que las entidades españolas, acumula más deuda. Aunque serán más transparentes que el año pasado en este punto, estas pruebas seguirán siendo políticamente correctas al descartar quiebras de Estados como Grecia, Irlanda o Portugal. Tampoco evaluarán la liquidez del sector, factor que tumbó a la banca de Irlanda. La liquidez se examinará por separado y de manera confidencial. Con todo, el euro regulador asegura que endurecerá su evaluación de las pérdidas que el sector inmobiliario pueda generar. Y que sus supuestos de evolución del producto interior bruto (PIB) y del empleo son más duros que los del año pasado porque, aunque parten de previsiones más optimistas, contemplan escenarios menos probables gracias a la recuperación económica en curso. Los test de estrés evalúan si las entidades son suficientemente solventes para atravesar una crisis, o si necesitan captar más capital privado o ayudas públicas para sobrevivir. Objetivo: identificar cadáveres aún en los armarios del sector, evitar nuevos sustos, y despejar las dudas de los mercados sobre la solidez del sistema financiero.