La entidad se vuelca en el mercado de los mayores con un instrumento que sólo utilizaban las cajasmadrid. El aumento de la longevidad y, como consecuencia, el envejecimiento de la población no pasa desapercibido para BBVA. Estos factores están conformando un grupo social con unas especiales características y demandas. Entre ellas, destaca el hecho de que muchos de los mayores de 65 años tienen una vivienda en propiedad, así como la circunstancia, vox populi, de que una parte importante de los mismos no consigue los ingresos suficientes de sus pensiones.Con la intención de ofrecer una alternativa a este colectivo nació la llamada hipoteca inversa -obtener un préstamo sobre la propia casa-, que BBVA ha sofisticado. De esta manera, la entidad que lidera Francisco González ha lanzado la Hipoteca Bienestar, una herramienta financiera que permite al cliente conseguir una renta vitalicia calculada en base al valor de la vivienda, la edad del cliente y su esperanza media de vida. La entidad financiera deja hasta el 80 por ciento del valor de tasación de la casa incluyendo la revalorización prevista para los años que debería vivir el cliente. Además, la hipoteca inversa de BBVA lleva añadido un seguro para que, en caso de que el cliente supere la esperanza de vida que se le había calculado, pueda seguir recibiendo sus ingresos mensuales. Igualmente, si uno de los miembros de la pareja de mayores fallece, el otro seguirá recibiendo la renta sin modificaciones. Por su parte, BBVA obtiene los intereses -que rondan el 5 por ciento- directamente del cliente y también de manera mensual. Mientras, la parte principal del préstamo la puede recuperar por dos vías: o el usuario cancela la hipoteca y la abona, o bien, la situación más habitual, los herederos del cliente, una vez ha fallecido éste, pasan a poseer la vivienda. A partir de ahí, o pagan el principal y se quedan la casa o la venden y, con ello, liquidan la hipoteca. Para este proceso tendrán hasta un año, durante el cual BBVA no les cobrará los intereses.