madrid. Manuel Pimentel ha protagonizado con discreción la elaboración del laudo que pone fin al conflicto salvaje entre controladores y Aena. El exministro de Trabajo en la etapa de Aznar reconoce que ha sido duro -ha llegado a ver amanecer por la ventana más de un día-, pero el esfuerzo ha merecido la pena. El trato de las partes ha sido exquisito y cree que el nuevo convenio posiciona a Aena para ser más eficiente y competitiva en Europa y, a su vez, logra aclarar a los controladores cuál es su jornada laboral. P ¿El laudo contenta a todos? R El laudo es razonable y, lógicamente, no va a satisfacer por completo a ninguna de las partes, pero tampoco las perjudica en especial. Es equilibrado porque consigue que Aena sea eficiente y pueda competir en Europa y reconoce unas condiciones laborales justas para los controladores. P ¿Su trabajo da la razón a los controladores en sus reivindicaciones del 3 de diciembre? R El laudo no pretende dar la razón ni a una parte, ni a otra. Tenía muy claro que este convenio iba a definir una jornada laboral y un salario. Es verdad que esta labor aeronáutica debe tener instrumentos de flexibilidad porque pueden aparecer imprevistos en una actividad que funciona 24 horas al día, 365 días al año. No he valorado acciones pasadas. El nuevo convenio garantiza el suministro del control aéreo a la ciudadanía y deja claro que los controladores tenían derecho a unas condiciones razonables, transparentes y lógicas. P ¿Se han centrado las peticiones en algún punto? R En muchos, pero al final los grandes temas donde las posturas se alejaban era la jornada laboral y la organización del trabajo. En cambio, en salario se respetaron los acuerdos de agosto y no fue discutido. P El salario es más bajo y se trabajarán menos horas, ¿supone esto un aumento de la plantilla? R Aunque no compete al laudo, creo que a medio plazo habrá incremento de plantilla y se fomentará la política de contratación. El convenio, además de mejorar la productividad, rebajará la tensión interna que han vivido las partes, por lo que el absentismo va a mejorar. P ¿Ha recibido en algún momento recomendaciones de Fomento? R No ha habido ningún tipo de presión. Sí me he equivocado o he acertado, he sido yo. Las partes han ejercido su derecho a defender sus intereses y su posturas. P ¿El colectivo de control es tan privilegiado como lo ha querido tildar el Gobierno? R Los controladores tenían un convenio legítimo, que a algunos les puede parecer alto y a otros bajo, pero estaba aprobado y dentro de la legalidad. No los he tratado como a privilegiados. P ¿Se puede impugnar el laudo? R Sólo es impugnable por cuestiones formales, que no haya oído a las partes o que se demuestre que he sido manifiestamente partidista. He escuchado a las partes hasta la saciedad y he sido equilibrado con los fines que planteaban. El laudo cumple todas las exigencias formales y no debe ser recurrible. P ¿Ha vuelto a hablar con las partes? ¿Preparan alguna reunión? R No hemos hablado, llevo un par de días de descompresión. Hemos vivido estos días con mucha intensidad y a lo largo de la semana ya tendremos tiempo… Las partes están estudiando el laudo, ya que habrá algunas cosas que no conocen. P Ahora que se ha visto que el laudo es una buena solución para un conflicto... R ... pero debe ser una herramienta más. No es para nada la panacea. No sustituye a la negociación, pero tiene que dejar de ser algo excepcional para convertirse en una herramienta más cuando no hay acuerdo. A partir de ahora se utilizará el laudo más veces en conflictos. P ¿Cree que debería incluirse estructuralmente dentro de la negociación colectiva? R Sí, es lo que están concertando las partes en la negociación. No sé si al final lo incluirán. Es importante tener instrumentos que desbloqueen una situación límite. La reforma de los convenios sería una palanca que reactivaría la economía. P Su minuta ha sido 195.000 euros, ¿le parece mucho, poco? R Es lo suficiente. Si esto hubiera sido por un arbitraje profesional la minuta sería más alta. Pero yo me jugaba mucho más que unos euros.