Se hace con el 75 por ciento de la editorial porque sus valores y público coinciden londres. BBC Worldwide, la división comercial de la cadena de televisión BBC, materializó ayer la compra de la editorial de guías de viaje Lonely Planet como parte de su ambicioso plan para aumentar los ingresos online y expandir sus operaciones en América y Australia. La BBC compró el 75 por ciento de las acciones de Tony y Maureen Wheeler, el matrimonio fundador de la compañía, y de se amigo John Singleton, aunque estos mantendrán el 25 por ciento restante de las acciones. No se reveló el montante total de la operación, pero se estima que podría rondar los 143 millones de euros. BBC Worldwide, en un comunicado, dijo que las dos compañías compartían valores y audiencias, lo que les permitirá ofrecer sus contenidos bajo la misma marca. "Creemos que la BBC dará a la plataforma unos valores y una visión que coincide con la nuestra, y esto permitirá que llevemos nuestro negocio hacia el siguiente nivel", afirmó el matrimonio Wheeler. Ettiene de Villiers, presidente no ejecutivo de BBC Worldwide, en declaraciones a Financial Times, recordó que los Wheeler habían rechazado suculentas ofertas en el pasado por no coincidir con su forma pensar. "Todas las partes estamos convencidos de que esta asociación fortalecerá la visibilidad de Lonely Planet y su potencial de crecimiento, en particular en la arena digital", aseguró de Villiers. Lonely Planet fue creada en 1972 cuando el joven matrimonio Wheeler, tras recorrer Asia y Australia sin dinero, decidió plasmar su experiencia en una guía e imprimieron 1.500 ejemplares. La guía tuvo un éxito inesperado y esto les animó a hacer otro viaje y una nueva guía, que también fueron un éxito. Y así hasta convertirse en una de las firmas más importantes. Hoy Lonely Planet, con sede en Melbourne, publica 500 libros de viajes distintos en varios idiomas y tiene contratados a 500 empleados en sus oficinas y otros 300 sobre el terreno, viajando y escribiendo. Además de producir para televisión.Las voces críticas con la BBC -televisión costeada por los contribuyentes- creen que no debería comprar otras compañías.