El Gobierno envió ayer un avión oficial para repatriar a los españoles que están en LibiaEl Rey Juan Carlos ve "legítimas" las aspiraciones de los pueblos del mundo árabeMADRID. El Gobierno español ordenó que un avión oficial saliera anoche con destino a Trípoli para recoger a los residentes españoles que deseen regresar a nuestro país. La decisión se tomó ayer en la sesión de la Comisión Delegada para situaciones de crisis, convocada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. La reunión celebrada en la Moncloa adoptó también la resolución de que el próximo viernes el Consejo de Ministros estudie la aplicación de un Plan de Ahorro Energético. Con posterioridad a la reunión, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, mantuvo una conversación telefónica con el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, para informarle de las noticias sobre la situación actual en los países del norte de África, especialmente en Libia, así como de las decisiones que pueden tomar al respecto. La ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación se reunirá hoy miércoles con representantes del Partido Popular para ampliarles la información de que dispone el Gobierno. La Comisión está integrada por los tres vicepresidentes, además de los ministros de Asuntos Exteriores, Defensa y Presidencia y de los secretarios de Estado de Seguridad y el presidente de Centro Nacional del Inteligencia. Fuentes gubernamentales insistieron, además, en que España mantiene contactos con la UE, con la que "se coordinarán" todas las decisiones.A lo largo del día, las ministras de Exteriores y Defensa mantuvieron posiciones más o menos críticas en relación a la respuesta europea. Trinidad Jiménez consideró "injusto y superficial" acusar a los Gobiernos comunitarios de estar "apuntalando" regímenes dictatoriales. Mientras, Carme Chacón no dudó en señalar que la UE ha sido "excesivamente prudente y benevolente" con las dictaduras. El Rey don Juan Carlos también entró ayer en escena para calificar de "legítimas" las aspiraciones de los pueblos del mundo árabe alzados contra sus regímenes autoritarios pidiendo democracia. MADRID. Ante el aumento de la tensión en la zona, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reunió ayer en La Moncloa a su gabinete de crisis, integrado por los tres vicepresidentes, además de los ministros de Asuntos Exteriores, Defensa y Presidencia y de los secretarios de Estado de Seguridad y el presidente de Centro Nacional del Inteligencia. Según una nota difundida por Moncloa, en el encuentro de más de una hora se analizó la situación en el mundo árabe y, en concreto, "los graves incidentes" ocurridos en Libia en las últimas horas. Fuentes gubernamentales insistieron, además, en que España mantiene contactos con la UE, con la que "se coordinarán" todas las decisiones. A lo largo del día, las ministras de Exteriores y Defensa mantuvieron posiciones más o menos críticas en relación a la respuesta europea. Trinidad Jiménez consideró "injusto y superficial" acusar a los Gobiernos comunitarios de estar "apuntalando" regímenes dictatoriales. Mientras, Carme Chacón, no dudó en señalar que la UE ha sido "excesivamente prudente y benevolente" con las dictaduras. Además, Jiménez adelantó que el Gobierno no descarta enviar un avión para recoger a los cerca de 90 españoles que quedan en Libia. El Rey don Juan Carlos también entró ayer en escena para calificar de "legítimas" las aspiraciones de los pueblos del mundo árabe alzados contra sus regímenes autoritarios pidiendo democracia. Lo hizo coincidiendo con el encuentro que celebró con el primer ministro israelí, Simon Peres, y unos días antes de que el Monarca tenga previsto coincidir en Kuwait con los reyes de Marruecos y Jordania. Peres, por su parte, aseguró en el Congreso que ve "una oportunidad" para la paz en la tormenta del mundo árabe, abogó por la instauración de la democracia y por retomar las negociaciones con Palestina. Hoy, el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, se reúne en Roma con los responsables de Interior de la UE para analizar "los movimientos migratorios" derivados de la tensión en la zona.