MADRID. Los expertos consultados por este periódico coinciden en señalar que serán los nuevos inversores de Nueva Rumasa los más perjudicados en una supuesta situación de concurso. Según Víctor Peña, de Sala & Serra Abogados, la situación ideal para los inversores es que se evite el concurso, ya que se encontrarían indefensos ante la cascada de peticiones de cobro de todos los acreedores de Rumasa. En la misma línea se expresa Alejo López-Mellado, socio de insolvencias de Cuatrecasas. A su juicio habrá que esperar a ver si la solicitud preconcursal, amparada en el artículo 5.3 de la Ley Concursal, acaba finalmente en convenio o concurso de acreedores para saber qué ocurre con los inversores. El problema, señala, es que los pagarés son una deuda ordinaria, y el inversor un acreedor más que, en caso de concurso, se colocará a la cola del cobro por detrás de créditos privilegiados y contra la masa -bancos, Hacienda Pública, etc.-. Por ahora, confiesa, los inversores "no pueden hacer nada, sólo esperar a saber si finalmente hay una refinanciación de deuda extrajudicial o se abre el concurso de acreedores".