berlín. ¿Ositos de gominola o barritas de chocolate? A ese dilema se enfrentan casi a diario muchos niños (y no pocos adultos) cada vez que se acercan a las bien surtidas estanterías de chucherías de los supermercados germanos. Con esta misma cuestión se han visto confrontados los jueces alemanes en la más dulce batalla jurídica que ha vivido el país nunca. Y es que dos de las más importantes marcas de golosinas del mundo se han visto enfrentadas últimamente en un asunto que poco tiene de azucarado.Los ositos de gominola de la marca alemana Haribo se han puesto en pie de guerra y le han ganado la dulce, pero algo amarga partida al delicioso chocolate Kinder. El Tribunal Supremo de Alemania se ha pronunciado y ha dado la razón a la alemana Haribo en su larga disputa contra Ferrero por los derechos sobre la palabra "Kinder", que en la lengua alemana significa "niños" y da nombre a muchos de los productos que comercializa Ferrero, como por ejemplo sus barritas de chocolate o los famosos huevos con sorpresa incluida.Ferrero, la marca de chocolate creada en Italia por el maestro pastelero Pietro Ferrero por el año 1946, había intentado apropiarse de los derechos de la palabra "Kinder" que aparece en los paquetes de más de una docena de sus productos. Pretendía así evitar que su principal competidor, Haribo (cuyo buque insignia son los ositos de gominola de diferentes sabores) pudiera comercializar un tipo de golosina bajo el nombre de "Kinder Kram" que si se realiza la traducción alemana sería algo como "trastos de niños". La soluciónEl proceso que enfrenta a las dos empresas de golosinas ha ido rebotando entre las diferentes instancias judiciales alemanas: del tribunal de Colonia al de Hamburgo en el año 2004 y de ahí al Tribunal Supremo, que ya ha decidido dictar la sentencia final que se resuelve de esta manera: Ferrero sólo tendrá derecho sobre los "Niños" cuando el término aparezca con el diseño que ellos mismos han creado, que normalmente aparece en letras negras y rojas sobre un fondo blanco. En los demás casos otras marcas o empresas son libres de utilizar esa palabra para denominar sus dulces creaciones. Pero de bien poco han servido las apelaciones que ha lanzado Ferrero a sentencias anteriores y el argumento esgrimido por su abogado. La defensa intentó convencer a los magistrados de que los consumidores asociaban en un 80 por ciento de los casos la palabra "Kinder" con los productos de su Ferrero y que este había empleado el término como distintivo de toda una serie de productos. Aunque durante el pasado 2003 el Tribunal de Colonia (ciudad que cuenta con un museo del chocolate) dio la razón a la marca Ferrero al considerar que había riesgo de confusión para los consumidores, el Supremo ha llegado ahora a la conclusión de que tanto niños como mayores son capaces de discernir entre los productos de Ferero y los de otras marcas, lleven o no en su nombre la palabra de la discordia. Mucho más que HariboPero no sólo Haribo, también otras empresas emplean el término infantil para denominar a sus productos y sorprendentemente en total son más de 70 los artículos en los que la palabra forma parte de su nombre. Algunas de ellas se han sumado a la causa y han plantado cara también a Ferrero. Es el caso de la industria lechera Zott, que también interpuso un recurso por el mismo motivo y de la misma manera que lo ha hecho Haribo, ha conseguido que los tribunales le den la razón. Tanto es así que a partir de ahora podrá llamar "Kinderzeit" (Tiempo de niños) a un postre lácteo. La victoria dialéctica no ha costado únicamente tiempo sino también una gran suma de dinero a sus participantes: por 375.000 euros es lo que le ha salido el proceso de Haribo mientras que el de Zott le ha costado un millón.Ferrero suma este disgusto al que a finales del año 2005 le acarreó su decisión de cambiar la cara del niño que aparece en el paquete de las barritas "Kinderschokolade". Inspirados por el lema, "renovarse o morir", la sonriente cara con aire de los años 80 fue reemplazada por el rostro de un jovencito con ropa más actual, el pelo engominado y unos ojos tan azules que detrás de ellos podía apreciarse la larga mano de la informática. No tardaron en aparecer los amantes de la estética ochentena y detractores de "Kevin" (cómo se bautizó al nuevo modelo) que pidieron su cabeza a través de una campaña de recogida de firmas en internet en el portal www.weg-mit-kevin.de. Más de 80.000 nostálgicos estamparon su nombre para intentar recuperar a su predecesor y los organizadores organizaron un boicot y se lanzaron a la búsqueda de productos que pudieran sustituir al chocolate de su infancia para luego recomendarlos a través de la mencionada página web. Lejos de dejarse impresionar, la marca de chocolates Ferrero ha acudido este año en ayuda de Kevin y lo ha hecho hasta con refuerzos. Aprovechando el cuadragésimo aniversario de Kinderschokolade ha decidido que la mejor forma para apoyar a Kevin es convocando un concurso en el que se han escogido los rostros de diez niños y niñas que ahora luchan contra los dulces ositos de sabores de la marca de golosinas alemana Haribo en los pasillos de los grandes almacenes.