Madrid. El ex consejero de Banesto Rafael Pérez Escolar murió el viernes en Madrid, a los 80 años de edad, después de que su salud empeorase hace varios días como consecuencia de un infarto cerebral. Juez en excedencia y economista, fue conocido, entre otros asuntos, por mantener más de una treintena de pleitos contra Emilio Botín. Tras una misa fue enterrado el domingo en el Cementerio de San Isidro, en una ceremonia íntima, pues uno de los deseos del ex consejero de Banesto era que los ejecutivos del Santander no se enterasen de su muerte, informa Efe. Este letrado especializado en empresas intentó prolongar sus habituales protestas en las Juntas de Accionistas del Santander, trasladándolas a los tribunales. Una infancia duraRafael Pérez Escolar comenzó a trabajar a los dieciséis años en Banesto, donde llegaría a consejero en la época de Conde, puesto del que sería destituido en 1993 tras la intervención del Banco de España, que lo adjudicó después al Santander. Huérfano desde muy niño, tuvo que trabajar para costearse la carrera de Derecho y los estudios para oposiciones a la judicatura, que ganó, aunque no llegó a ejercer. Debido a su actuación en Banesto fue condenado a diez años de prisión por estafa y apropiación indebida, aunque sólo estuvo encarcelado 54 días, y a pagar una indemnización de 4,9 millones. Ya en diciembre de 2006 la Audiencia Nacional sobreseyó una de las causas que afectaba a Botín desde hacía catorce años. Y, el pasado febrero, la Audiencia de Cantabria archivó el procedimiento abierto contra él y otros ocho ejecutivos por la presunta comisión de varios delitos derivados de la entrega del 1 por ciento de las acciones de Banesto a trece directivos en 1994.Autor de ocho libros jurídicos y una novela -Juez de tinieblas-, Pérez Escolar justificaba así su intervención en estos litigios judiciales: "Es por un deber de conciencia, conociendo siempre quiénes son mis enemigos". Genio y figura.