Antonio Camacho niega haberse apropiado de los fondos y dice que la CNMV conocía la operativaAfirma que su familia perdió más de 19 millones para cubrir las pérdidas de los clientesmadrid. Antonio Camacho estaba ayer tranquilo. Tanto, que su serenidad se tornó en ataques al fiscal. "Su escrito de acusación contiene incorrecciones", le llegó a decir en un par de ocasiones a Vicente González Mota, el fiscal Anticorrupción que ha investigado durante seis años el caso Gescartera.Se celebraba ayer en la Audiencia Nacional la tercera sesión del juicio contra los responsables de la agencia de valores intervenida en 2001 con un agujero patrimonial de 50 millones de euros y más de 4.000 inversores atrapados, y Camacho, que se enfrenta a 11 años de cárcel, fue el primero en declarar. El tribunal acababa de rechazar la imputación de varios altos cargos de la CNMV y del Gobierno en 2001 por "delitos de estafa o de fraude", tal y como pedían ante la Audiencia Nacional casi la mitad de las acusaciones personadas. Con ese rechazo se cierra la puerta a una eventual responsabilidad patrimonial del Estado, como buscaban las acusaciones.Lo único a lo que ha accedido el tribunal es a citar como testigos a varios altos cargos de la CNMV, como el ex presidente del organismo, Juan Fernández Armesto. Los acusados, por tanto, siguen siendo 14. Además, se mantiene a Caja Madrid Bolsa y a La Caixa como responsables civiles subsidiarios.Camacho, con un montón de documentos, se acercó al micrófono. "Traigo unas notas para trabajar en el interrogatorio". Luego, apenas las echaría una ojeada. ¿Para qué? El responsable de Gescartera, perfectamente instruido por su abogado, Miguel Bajo (catedrático de Derecho Penal y especializado en delitos financieros), se sabe bien la lección. Y así la recitó, al igual que hizo durante la instrucción, ante una de las primeras preguntas del fiscal."¿Sabía usted dónde estaban los fondos después de que la CNMV interviniera Gescartera el 14 de junio de 2001?""Perfectamente"."¿Pues dónde estaban?""Tal y como le dijimos a la CNMV, se perdieron por las minusvalías generadas en Bolsa". "La CNMV lo conocía todo"Camacho también trajo otra lección aprendida, que ayer repitió hasta en cuatro ocasiones: La CNMV conocía en todo momento la actividad de la agencia, las pérdidas en las que estaba sumida y la operativa que realizaba con los clientes. Pero lo que no supo contestar fue la batería de preguntas del fiscal sobre el trasiego de cuentas y las operaciones cruzadas que la agencia realizaba presuntamente a espaldas de los clientes. A los clientes de renta fija, les llamó "prestamistas". "Proporcionaban fondos a la agencia, y su dinero se empleaba en suplir las pérdidas de otros clientes"."¿Pero dónde se invertía el dinero de los clientes de renta fija?", insistió el fiscal. "¿Cómo podían recuperar su dinero si esos fondos se les había dado a otros clientes con minusvalías?". Camacho negó que hubiera operaciones cruzadas, y sobre las cuentas globales, llamadas "omnibus", afirmó que no fueron utilizadas para encubrir el desvío del dinero, según adujo el fiscal, sino para ayudar en "ajustes fiscales" y "siempre velando por el interés de nuestro prestamista o cliente".La tesis de los investigadores es que en Gescartera no había una gestión real y eficaz del dinero que depositaban los clientes. Con los fondos que aportaban unos, se pagaban los intereses prometidos a otros, en una espiral defraudatoria que estaba abocada al fracaso desde el principio de la constitución de la agencia, en 1992.El fiscal sospecha que Camacho desvió varios millones de euros depositados por los clientes a cuentas personales. Las transferencias se hacían a través de cheques o portando el dinero en maletines que recogían los chóferes de Camacho.En La Caixa, por ejemplo, se abrió una cuenta y se traspasaron fondos por 24 millones de euros (unos 4.000 millones de pesetas), que, según la acusación, pertenecía a los clientes. Pero Camacho, en todo momento, intentó desvincularse de la apropiación de fondos, afirmando que era el director general de la agencia de valores ( José María Ruiz de la Serna, también imputado en el juicio y para quien el fiscal pide 11 años de cárcel) el que tomaba decisiones sobre las estrategias de inversión e informaba a la CNMV. Huida hacia adelanteCamacho no sólo negó haberse apropiado del dinero, sino que afirmó, en tono indignado, que él y su familia llegaron a perder muchísimo dinero en el proyecto Gescartera, "porque creíamos que era viable hasta el último momento"."Yo puse fondos por más de 19 millones de euros a las cuentas de los clientes que estaban teniendo pérdidas", aseguró. "También me quedé sin unos cuadros que compré en Sotheby's con mi propio dinero, un Sorolla y un Zurbarán". Los clientes, según Camacho, se financiaban con fondos de él y de su familia. "¿No era más cierto lo contrario, que eran los clientes los que sufrieron una apropiación de fondos?", contraatacó el fiscal. "Rotundamente no". Como era de esperar, Camacho sigue huyendo hacia adelante.