YKK y Coats reciben las sanciones más elevadas: 150 y 122 millonesbruselas. Siete empresas se pillaron ayer los dedos con las cremalleras y otros tipos de cierres para ropa y calzado que fabrican, y la torpeza les salió por 328,6 millones de euros. En realidad, quien les pilló fue la Comisión Europea, que les acusó de entretejer cuatro cárteles entre ellas. En vez de cumplir su deber de competir y ofrecer a sus clientes la mejor relación posible entre la calidad y el precio de sus productos, se compincharon en secreto para inflar los precios y dopar sus cuentas de beneficios. Uno de los pactos secretos e ilícitos se mantuvo durante nada menos que 21 años.El soplón ve reducida su penaLas empresas multadas son Prym, a la que le cayó encima una multa de 40,5 millones de euros. Debería haberle caído más, pero por chivata se benefició de una reducción de la sanción. Peor suerte corrieron YKK, que se apuntó en su contabilidad nada menos que 150,25 millones de euros. Coats también tendrá más cuidado con no volverse a pillar los dedos al cerrar una cremallera, después de recibir una sanción de 122,4 millones de euros.Más pequeñas fueron las sanciones restantes, aunque no necesariamente menos dolorosas porque las empresas que las tendrán que pagar son mucho más pequeñas que las anteriores. Scovill pagará 6 millones de euros; Raymond, 8,3 millones; Berning & Söhne, 1 millón; y una asociación de comerciantes alemana, apenas 1.000 euros.