El cambio de año sigue sin traer buenas noticias para el sector del automóvil. Aunque la cifra final se conocerá esta semana, los primeros avances hablan de que el mercado automovilístico español cerrará el mes de enero con una fuerte caída del 26 por ciento. Una cifra, que según los datos recogidos por 'Europa Press', supone el menor volumen de matriculaciones de los últimos 18 años. Al sector sabe bien que enero no es un buen mes para las ventas, aunque en esta ocasión la cifra marca un mínimo histórico que, eso sí, puede ser más fácil de remontar. Pero el optimismo parece haberse apeado hace tiempo de un mercado automovilístico cuyas perspectivas para este recién estrenado año apuntan a que las matriculaciones se situarán por debajo del millón de unidades, con lo se sumarán ya tres años en los que el sector ha sido incapaz de saltar esa cifra que se viene marcada a fuego en los planes de negocio de las diferentes compañías que constituyen la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). A falta de dos días para el cierre del mes, las ventas a particulares se habrían desplomado un 46 por ciento, mientras que las empresas de alquiler estarían con caídas en torno al 25 por ciento. Las ayudas se ve que son las auténticas incentivadoras de un mercado que cuando no recibe subvenciones va al ralentí. Controladores y Aena miran al cielo Faltan unas horas para que termine el plazo y tanto Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) y como la Unión Sindical de Controladores Aéreos (Usca) parece que están a la espera de que el acuerdo total caiga del cielo. Aunque a lo largo del día ayer las posiciones parecían tan cercanas como, de repente, alejadas, fuentes de la negociación se atrevieron a decir incluso que el 70 por ciento del pacto estaba cerrado mientras que la pelota del 30 por ciento restante se la dejaban al árbitro. Quizás cupiese preguntarse ahora si después de tanto marear la perdiz no hubiese sido preferible empezar por el final. ¿No hubiese sido mejor dejar que el árbitro resolviera ese 30 por ciento que les separa y dejara el resto del plazo para que cerrasen el 70 por ciento en que no parece que haya sido tan difícil ponerse de acuerdo? Aunque el linchamiento social al que han sido sometidos los controladores prácticamente garantiza que no se repita una huelga brutal como la que protagonizaron el pasado mes de diciembre, sería conveniente evitar cuanto antes cualquier amenaza para aquellos que tienen que volar, por mínima que ésta sea.