Air Nippon Airways tendrá el nuevo 'Dreamliner' en el tercer trimestre de 2011, tras cambiarse por sexta vez la fecha claveMADRID. El gran sueño de Boeing comienza a convertirse en una pesadilla para el gigante aeronáutico norteamericano. Si el primer vuelo del 787 Dreamliner, la joya de la corona de la compañía con sede en Chicago, se demoró más de dos años desde la primera fecha oficial anunciada, la primera entrega a un cliente también le está costando bastante más de lo esperado. El incidente de noviembre de 2010, cuando la cabina de un avión de pruebas sufrió un pequeño incendió que desembocó en un aterrizaje forzoso, le ha obligado al fabricante a retrasar hasta el tercer trimestre de 2011 la primera entrega del 787 a un cliente comercial. En este caso, a la aerolínea japonesa ANA (Air Nippon Airways), que encargó en el pedido de lanzamiento del programa 30 aviones dreamliners con 20 opciones más. La modificación (la sexta que se ha anunciado desde que se lanzó el ambicioso programa) supone ya un retraso acumulado de 38 meses como mínimo, ya que la fecha inicial de recepción del primer avión se había fijado para mayo de 2008. Los problemas se acumulan Aunque en la historia de la aeronáutica nunca un programa ha cumplido las primeras fechas establecidas, la mala suerte del desarrollo del 787 comienza a ser preocupante. El incendio del año pasado no fue el único problema que registró el Dreamliner en 2010. En los meses de verano se detectó otro inconveniente en el estabilizador horizontal de la cola del avión que obligó también a retrasar la fecha del primer vuelo. En ese caso, parece que el origen del problema era achacable a la italiana Alenia. Con este retraso, Boeing también supera negativamente a su máximo rival en el negocio: Airbus. El último lanzamiento del fabricante europeo, el A380, tardó dos años en entregarse al primer cliente. La primera fecha prevista para que Singapore Airlines lo recibiera era el primer trimestre de 2006. Al final, la aerolínea asiática tuvo que esperar a marzo de 2008. Pese a los retrasos del 787, el avión de Boeing sigue teniendo una clara ventaja sobre su rival en el mismo segmento de negocio: el Airbus A350 XWB. Este programa del fabricante europeo tuvo que ser modificado y relanzado ante el poco éxito del A350, lo que permitió a Boeing disparar el número de encargos, aunque con los retrasos ya se acumulan las anulaciones del 787.