Presentado el nuevo plan de reestructuración ante el Tribunal de Nueva Yorkmadrid. Después de la tormenta siempre llega la calma. Eso es lo mismo que pensarán los responsables de Delphi tras haber conseguido llegar a un acuerdo con General Motors, antigua matriz de la compañía. El fabricante estadounidense de componentes para automoción pagará 1.985 millones de euros a cambio de recibir determinadas compensaciones en costes laborales. Con esta operación, la compañía conseguirá salir de la suspensión de pagos en la que se encuentra desde finales de 2005. La nueva fusión entre ambos grupos significa una tregua entre las dos empresas dedicadas al motor ante las múltiples disputas legales, entre las que destaca la demanda presentada por el fabricante de componentes para resolver los acuerdos de suministro.Este plan de reorganización ha sido enviado por la empresa al tribunal neoyorquino que gestiona su suspensión de pagos, con el fin de que, tras ser aprobado por este organismo, la compañía pueda salir de la protección del capítulo 11 de la Ley de Quiebras antes del fin de este año. Rodney O,Neal, consejero delegado de Delphi, ha afirmado que "creemos que el plan de reestructuración pasará la prueba y será aprobado por el juez y los accionistas". Los intentos de salir a flote por parte de la compañía no terminan aquí ya que en este mismo momento está intentando mantener negociaciones con un consorcio de bancos con el objetivo de obtener 5.147 millones de euros para refinanciar parte de los créditos obtenidos después de acogerse a la protección de la Ley de Quiebras estadounidense.Nuevas maniobrasAdemás, la compañía está intentando firmar acuerdos como el alcanzado con seis de los sindicatos del grupo y el firmado con un grupo de inversores que se comprometió a inyectar a la empresa 1.875 millones de euros. Por otro lado, los trabajadores de Delphi, víctimas de su bancarrota, tendrán la opción de recibir planes formativos por parte de la Consejería de empleo de la Junta de Andalucía con el fin de ser incorporados en empresas de distintos sectores. Parece que poco a poco la compañía resurge de sus cenizas. Empieza a dejar de ser objeto de toda clase de críticas, las recibidas en los últimos meses por el despido masivo de 1.600 personas con el cierre de su planta en Puerto Real (Cádiz), o los resultados registrados en su último ejercicio. Tampoco pasó desapercibido su resultado de 2006, cuando perdió 1.120 millones de euros.