Este producto se aplica sobre la piel y se convierte en un ligero velo de telaMADRID. Hasta ahora sólo las arañas y las mariposas podían tejer su propia tela. Sin embargo, un catalán de 33 años, Manel Torres, conoce la forma de hacerle la competencia a las grandes modistas del reino animal: ha inventado un spray cuyo contenido, al pulverizarse y entrar en contacto con el aire, se convierte automáticamente en un tejido. Por ejemplo, basta aplicarlo sobre el cuerpo de una persona para que se adapte a su piel con la forma de una improvisada prenda de vestir, como un ligero velo de tela. Después, se puede usar una vez y tirar.Más arte que cienciaParadójicamente, el germen de la empresa de Torres, Fabrican Ltd, ubicada en Londres y dedicada exclusivamente a la investigación y desarrollo de tejidos de alta tecnología, no fue una idea de negocio ni un propósito científico, sino un concepto artístico. Torres, diseñador de moda de formación, buscaba hace 10 años, cuando llegó a Reino Unido, "otra forma de expresión en el modo de vestir, más futurista y rápida, que encajase con la sociedad de hoy en día".Esa idea desembocó en un doctorado que realizó a medias entre dos instituciones educativas londinenses, el Royal College of Art y el Imperial College. Una, dedicada al arte, la otra, a la ciencia. Su tejido instantáneo es el resultado de la fusión entre los dos enfoques: lo que en un laboratorio parecía maravilloso, en el otro se miraba con escepticismo. Torres, que también da clases en varias instituciones, cuenta que suele explicar a sus alumnos que el secreto de la creatividad se esconde, precisamente, en la mezcla entre disciplinas: "Hay que escoger un tema, llevarlo hasta el final y después mirarlo desde otros ángulos". El aerosol ya está patentado, y aunque aún necesita algunas mejoras, su promotor está negociando actualmente la forma de llevarlo al mercado. La industria más interesada no ha sido la de la moda, sino una más prosaica, la dedicada a la higiene del hogar. Torres afirma que varias multinacionales se han interesado ya por el uso del pulverizador como un generador instantáneo de bayetas desechables de limpieza. Aporta la ventaja de que la toallita que sale de la lata, además de ser desechable, puede mezclarse son soluciones limpiadoras y es completamente estéril. Esta característica la hace interesante también para la creación de todo tipo de vendas y parches dentro del ámbito de la medicina. "Estamos justo en el punto de intentar trasladar la tecnología al mercado" -dice el inventor del spray para fabricar tejidos- "e invito a todas las empresas a las que les pueda interesar el producto a ponerse en contacto conmigo". Sobre su idea inicial de diseñar ropa futurista, reconoce que "hay que tener paciencia, empezar desde abajo y seguir un plan de empresa", por lo que prefiere que su invento llegue antes al mercado en forma de otros productos menos llamativos, y mediante la colaboración con organizaciones ajenas a Fabrican Ltd. Sin embargo, como diseñador, afirma que le gustaría reservarse para sí su uso dentro de la industria de la moda. Perfeccionar el productoMientras eso sucede, sigue trabajando en la mejora de los tejidos que salen de la lata. Aunque en principio no hay ninguna limitación sobre la consistencia, textura y material con el que puede estar formada la tela resultante, reconoce que aún es necesario seguir investigando sobre este aspecto. "De momento el tejido que hemos logrado es una especie de fieltro, un tejido muy leve, que en el futuro será más consistente", afirma. Como en el caso de tantos emprendedores e investigadores españoles que acaban desarrollando su actividad en el extranjero, la duda es ineludible: ¿podría haber llegado al mismo fin si hubiera vivido en España? El diseñador duda un momento y confiesa que no viajó a Reino Unido porque en España careciera de medios para seguir con su proyecto, sino porque la vida le llevó hasta allí. Aún así, dice, "me gustaría pensar que sí hubiera podido hacerlo en España, que allí la investigación también va hacia delante". Su idea ya ha aparecido en exposiciones británicas y en publicaciones tan prestigiosas como el Financial Times, pero en su país natal aún no es muy conocido.