A las primas también se sumarán incrementos del salario que, en determinados casos, llegan hasta el 40%londres. El Gobierno británico está resignado a que los bancos continúen pagando miles de millones de libras en primas este año pese a sus llamamientos para que recorten las cantidades de esos pagos, según indicó ayer la BBC y recogió la agencia de noticias Efe. El ministro británico de Empresas, Vince Cable ha sido uno de los miembros del Gobierno más activo a la hora de oponerse a las grandes primas. El pasado mes, Cable dijo a la BBC que la coalición estaba comprometida a adoptar "fuertes acciones" para disminuir las primas. Royal Bank of Scotland podría pagar cerca de mil millones de libras (1.180 millones de euros) en concepto de primas este año, una cantidad menor que los 1.300 millones de libras (1.546 millones de euros) que abonó el pasado año, recuerda esta cadena. No obstante, incluso si los bancos recortan las sumas de sus primas, los salarios han aumentado de forma significativa para compensar por ese hecho, hasta un 40 por ciento en algunos casos, según indicó este canal. Según afirmó un banquero a la BBC, "podría haber más ruido que sustancia" en los compromisos adquiridos por los bancos para reducir las primas. Los bancos británicos ya han comenzado a reequilibrar los paquetes salariales acordes con la legislación europea sobre bonos intro- ducida el pasado verano y confirmada en diciembre de 2010. Esta normativa incluye, por ejemplo, la introducción de comisiones independientes de remuneración. Sólo los grandes bancos Las nuevas reglas están diseñadas para recortar el riesgo a corto plazo que adoptaban los banqueros y que, según algunos analistas, han contribuido a la crisis financiera mundial. En el Reino Unido esas reglas sólo se aplicarán a los grandes bancos. Los bancos británicos se han resistido a llevar a cabo más reducciones en las primas que ha pedido el Gobierno, puesto que temen que su personal más competente se marche a entidades extranjeras, bajo menor presión para recortar esos pagos. De esta forma, se consumó el desafío de las grandes entidades financieras al Ejecutivo británico que, a finales del mes de diciembre, había iniciado una nueva ofensiva para que los bancos británicos, principalmente los intervenidos, dejen de pagar bonus desorbitados a sus directivos.