Joan Clos mantiene que las relaciones con el país magrebí son buenasmadrid/ bruselas Con prudencia. Así prefiere jugar sus cartas por ahora la Comisión Europea (CE) en lo que se refiere a la decisión de Sonatrach de rescindir el contrato que Repsol YPF y Gas Natural tenían en Argelia para desarrollar el proyecto Gassi Touil, valorado en 9.000 millones de euros y en el que las españolas ya habían invertido 400 millones. El portavoz de Energía de la CE, Ferrán Tarradellas, explicaba ayer que desde Bruselas están recabando información sobre lo ocurrido, antes de iniciar cualquier proceso o de hacer valoraciones concretas. Lo que si adelantó Tarradellas fue que "las cuestiones contractuales tienen que ser resueltas entre las empresas". Aunque eso sí, también quiso dejar claro que la CE está siguiendo de cerca el problema, puesto que es parte de su responsabilidad.No era la única intervención que ayer llegaba desde Europa. Carlos Carnero, eurodiputado del PSOE, se dirigía a la Comisión para pedir su intervención en el conflicto, al considerar que "la decisión de Sonatrach no parece justificada por argumentos sólidos e introduce una fuerte dosis de inseguridad en los inversores extranjeros". Un día después de la decisión de la estatal argelina, las reacciones de la oposición eran de esperar. Los primeros, los populares, a través de su presidente Mariano Rajoy, quien calificaba lo ocurrido como "la consecuencia de una pésima gestión de la política exterior".Por su parte, CiU reclamaba la comparencencia en el Congreso de Joan Clos, ministro de Industria, para explicar qué papel está jugando el Gobierno en el conflicto. Menos duros eran desde IU-ICV al afirmar que ya era hora de que las dos firmas asuman que ha terminado la época de "beneficios récord". Mientras, Clos, de viaje en China, quiso resaltar que, a pesar de lo ocurrido, las relaciones con Argelia son buenas y añadió que el Ejecutivo está siguiendo de cerca el problema. Una tesis apoyada por sus compañeros de partido, Miguel Ángel Moratinos, ministro de Exteriores, y Diego López Garrido, portavoz del PSOE en el Congreso. El primero calificó de "excelente" la relación de España con el país magrebí, mientras que el segundo afirmó que el Ejecutivo trabajará por defender los intereses españoles en el extranjero, pero de una forma "compatible" con el mantenimiento de esas buenas relaciones. Las que preferían callar ayer eran Repsol YPF y Gas Natural, a la espera de que sea la justicia quien decida. Las que sí hablaban por sí solas eran sus cotizaciones, que caían un 2,02 por ciento para la gasista, que cerraba a un precio de 37,83 euros por título, y un 0,42 por ciento para la petrolera, con un coste de 26,34 euros por acción. Por su parte, Ricard Fornesa, antiguo presidente de La Caixa, accionista de ambas compañías, se mostró bastante tranquilo al confiar en que el conflicto se "reconducirá" a corto plazo.