La operación liberará para el grupo español 335 millones en compromisos de inversión madrid. Repsol puso ayer punto y final al proceso de desinversión de activos no integrados en la filial del grupo en Latinoamérica. La venta de su refinería brasileña Refap al gigante Petrobras ha supuesto para la compañía que preside Antonio Brufau no sólo cerrar una estregia, sino además embolsarse 850 millones de dólares (635 millones de euros). Dentro de este montate se incluye por parte de la petrolera brasileña el pago de 350 millones de dólares (260 millones de euros) en efectivo y la asunción de una deuda de 500 millones de dólares (375 millones de euros) asociada al complejo. Para la compañía española ya no era estratégica esta participación y la venta a Petrobras le permitirá liberar inversiones por un total de 355 millones de dólares (265 millones de euros). Repsol finaliza con esta operación el proceso de venta en activos no integrados de downstream (refino y marketing) emprendido por Repsol en Iberoamérica. Por su parte, Petrobras queda como único accionista de la refinería, situada en el estado brasileño de Rio Grande do Sul y que tiene una capacidad nominal de destilación de 190.000 de barriles/día (bbld). Según la petrolera española, la diferencia entre el valor contable de Refap y su precio de venta, una vez tenida en cuenta las diferencias de conversión en la moneda local, es de aproximadamente 60 millones de dólares (45 millones de euros). Este proceso desinversor que ya se viene ejecutando desde hace tres años estaba contemplado en su plan estratégico en el horizonte hasta el 2014. Entre las ventas que ha cerrado la compañía en los últimos años destaca la enajenación de las estaciones de servicio de Chile (2007), Ecuador (2008) y Brasil (2008), así como las participaciones en las refinerías brasileñas de Manguinhos (2008). A pesar de que Repsol se haya deshecho de su refinería en Brasil, la petrolera tiene una clara apuesta por este país, donde cuenta con una cartera de proyectos que requerirán una inversión de 10.000 millones en la próxima década. La alianza firmada el pasado mes de octubre con la china Sinopec para llevar a cabo esta estrategia supone para Repsol hacer cada día más real este ambicioso y colosal proyecto.