Los menores vencimientos de deuda posibilitan que sólo soliciten 61.000 millonesmadrid. Los bancos españoles han conseguido, por cuarto mes consecutivo, reducir su apelación de liquidez al Banco Central Europeo. Si en octubre las entidades de nuestro país habían solicitado préstamos por un valor neto de 67.947 millones de euros, en noviembre han disminuido la cifra en un 10 por ciento, hasta dejarla en 61.138 millones de euros. En julio, cuando los mercados de financiación estaban completamente cerrados para bancos y cajas españolas por la crisis fiscal griega, el volumen de préstamos marcó su récord en 130.000 millones. El grado de dependencia al BCE es un indicador de la necesidad de liquidez de las entidades, que es tenido en cuenta por mercados y agencias de calificación. Si la reducción de la cifra absoluta ya indica que han conseguido reducir la dependencia a los recursos del BCE a la mitad sólo en cuatro meses, la evolución del peso que esos préstamos suponen para el conjunto europeo indica que la moderación de las entidades españolas es mayor que la de sus homólogas del resto del continente. En noviembre, según los datos difundidos ayer por el BCE, los préstamos concedidos a bancos y cajas españolas representan el 14,9 por ciento del total del eurosistema, dos puntos menos que un mes antes y práticamente la mitad que en julio, cuando alcanzó sus máximos en un 29,1 por ciento. La evolución de noviembre se debe no sólo a una menor petición por parte de los españoles, sino también a un leve aumento del total de las entidades, que han pasado de pedir un volumen de 400.000 millones a 409.000. El BCE ya ha advertido en repetidas ocasiones que su intención es retirar gradualmente las ayudas a la liquidez a la banca y el Banco de España ha recomendado a bancos y cajas que disminuyan la apelación a estos recursos. La petición del supervisor español se ha seguido por el sector también en el pasado mes, pese a las tensiones vividas en los mercados mayoristas a raíz del rescate de Irlanda. Dos factores son los que han jugado a favor. En primer lugar, la crisis ha estallado en los últimos meses de noviembre, por lo que sus efectos se repartirán también con diciembre. En segundo lugar y más importante, los vencimientos de deuda pendientes de renovar por las entidades financieras españolas en lo que resta de 2010 representan ya muy poco volumen, como ha resaltado en su última comparecencia pública el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, por lo que la necesidad de procurarse financiación externa es también menor. A finales de noviembre los venicimientos de deuda que el sector debía afrontar hasta final de año tan sólo suponían unos 6.800 millones de euros, de los cuales más de la mitad correspondían a los dos mayores bancos españoles, BBVA y el Santander, los que menos problemas tienen para acceder a fuentes alternativas de financiación. En 2011 y 2012, sin embargo, bancos y cajas tienen vencimientos pendientes por valor de 196.000 millones de euros, de los cuales unos 84.500 millones se deben afrontar el próximo año.