El Ministerio incrementa los peajes para pagar a los distribuidores y evitar un déficit de tarifaSi los precios del gas natural se mantienen, los consumidores pagarán un 2% más en sus recibosmadrid. Una de cal y otra de arena. Así es como actúa el Gobierno con las empresas energéticas, ya que tras congelar los peajes del recibo de la luz, ahora ha propuesto subir la tarifa regulada del gas natural en un 7,6 por ciento a partir de enero. Esta medida ha sido presentada por el Ministerio de Industria a la Comisión Nacional de la Energía y hoy mismo se celebrará el Consejo Consultivo de Hidrocarburos para estudiar la propuesta. No obstante, teniendo en cuenta este borrador y las características de la metodología para calcular el precio final, los consumidores tendrán tan sólo un alza del entorno al 2 por ciento, siempre que se mantengan los actuales precios internacionales del gas natural. La razón es que la parte regulada del recibo de la luz supone tan sólo un 30 por ciento del total y está destinada a pagar algunas variables del sistema como la distribución, el almacenamiento, el transporte y la regasificación. Según fuentes del sector, si no se aplicara esta subida, el conglomerado gasista incurriría en déficit -por insuficiencia para cubrir los costes reales-, al igual que ocurre en el sistema eléctrico. No obstante, lo curioso de esta orden de tarifas es que el aumento propuesto se destinará en su mayor parte a elevar la retribución a la distribución, donde Gas Natural es la principal beneficiada por ser aún la empresa con una mayor cuota de mercado. De hecho, la compañía ingresará casi 1.000 millones de euros, sólo por la actividad de distribución, por sus sociedades diferentes dedicadas a esta actividad. Por su parte, Endesa e Iberdrola, entre otros grupos, también se llevan una porción de esta actividad, aunque mucho más discreta que la gasista. En total, el sistema conjunto de estas empresas recibirá por esta actividad 1.483,4 millones. En cuanto a su actividad de transporte, Gas Natural recibirá unos 40 millones, mientras que Endesa cobrará 11,6 millones. La parte más importante en esta variable se la lleva Enagás, que como transportista único recibirá 642,8 millones de euros en 2011. El aumento propuesto por el Ministerio de Industria se produce después de que la última revisión fuera a la baja. En concreto, la tarifa de gas natural bajó un 1,2 por ciento el pasado mes de octubre, después de que la cartera que dirige Miguel Sebastián aplicase una rebaja del 0,97 por ciento para la Tarifa de Último Recurso (TUR) del tramo T1 -consumidores gas para cocina y agua caliente- y del 1,26 por ciento para la T2 -consumidores con calefacción de gas-. Sin embargo, el recibo del gas experimentó una fuerte subida en la revisión de julio, donde la TUR del gas natural para los consumidores del tramo T2 subió un 8,1 por ciento, sin incluir el incremento del IVA aplicado ese mismo mes, al tiempo que los de la T1 registraron una subida del 7 por ciento. Un balón de oxígeno En el otro lado de las consumidores se encuentran las compañías, para quienes la subida propuesta en esta ocasión viene a solventar el varapalo que se han llevado las compañías en el sistema eléctrico, donde no sólo se ha congelado la tarifa, sino que también Standard & Poor's ha situado en revisión negativa la calificación de Endesa e Iberdrola. Esta revisión a la baja se ha extendido a Enel, que tiene el 92 por ciento de Endesa, y ayer mismo a Scottish Power, filial de Iberdrola en Reino Unido. Por contra, Gas Natural Fenosa no ha sido castigada por el retraso en la colocación del déficit ya que tiene una exposición menor a este agujero eléctrico. Además, el alza en la retribución a la distribución de gas supone un balón de oxígeno para la compañía, en un momento donde está en discusión su conflicto con la argelina Sonatrach que le solicita 1.500 millones por el alza de los precios del gas. Actualmente el enfrentamiento se encuentra en vía judicial, ya que Gas Natural ha impugnado el laudo arbitral de la Corte de París que le daba la razón a Argelia. Asimismo, las compañías negocian los precios para los próximos tres años y en caso de que no haya acuerdo podrían volver a acudir a un arbitraje internacional. Además, este conflicto ha abierto otro en España, ya que la gasista considera que sus clientes deben soportar, en parte, el aumento de precios que solicita Sonatrach, siempre que los tribunales le den la razón. El motivo es que, según la gasista, una parte del suministro a largo plazo suscrito con Argelia se destinó para el consumo de la tarifa doméstica, así como para las grandes eléctricas del país.