Aumentan los partidarios de sustituir la aportación de recursos de los paísesbruselas. Portugal y España vuelven a estar en el nervioso punto de mira de los mercados y los responsables políticos, mientras las especulaciones copan el espacio de los medios de comunicación. La noticia en esta ocasión es que Alemania rechaza la posibilidad de duplicar el fondo de rescate europeo, una recomendación de algunos expertos económicos que consideraban que el mecanismo de ayudas de la UE y el FMI carecía de fondos suficientes para rescatar a España. Sin embargo, se encontraron con la negativa tajante del Gobierno alemán. "No considero para nada esas exigencias", manifestó el ministro germano de Finanzas, Wolfgang Schauble, que considera que el actual paraguas de 750.000 millones es más que suficiente para defender la moneda única. La postura alemana alimenta las aspiraciones de los partidarios de establecer un sistema de quita del principal. Mientras, el grueso de los países que comparten el euro como moneda única estarían presionando al Gobierno luso para que acepte ser intervenido y rescatado de una posible quiebra por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI). La información corrió ayer como la pólvora por todo el planeta después de aparecer publicada por la mañana en la edición del rotativo alemán Financial Times Deutschland. Fue inmediata y vigorosamente negada por el Gobierno portugués, por el alemán, el español y por la Comisión Europea. Pero la historia reciente invita a dudar de la credibilidad de estos desmentidos oficiales que, en el caso de los precedentes rescates de Grecia e Irlanda, la evolución de los acontecimientos demostró que sólo buscaban ganar tiempo para negociar la intervención sin luz ni taquígrafos hasta que estuviera al menos hilvanada. Portugal ya había compartido a mediados de este mes el protagonismo con Irlanda. La edición de elEconomista del pasado 16 de noviembre ya desvelaba que numerosos responsables comunitarios consideraban que los dos Estados deberían ser rescatados para lograr que los mercados se tranquilizaran. Y así evitar que la actual crisis de la deuda pública se contagie a España e Italia y, dado el tamaño de estas dos economías, ponga en peligro la subsistencia del euro. Ayer se especulaba con que el rescate de Portugal sería positivo para despejar las dudas de los mercados sobre la solvencia de España, país muy expuesto al riesgo de impago de su vecino. Lisboa reiteró ayer que no necesita emitir deuda hasta marzo y que, a diferencia de Irlanda y España, no ha sufrido el estallido ni de una burbuja inmobiliaria ni de una burbuja bancaria. Pero los partidarios del rescate aseguran que aunque los bancos portugueses no presenten una deuda excesiva, también dependen de la liquidez suministrada por el Banco Central Europeo (BCE), cuyo grifo está a punto de cerrarse.