Los cuatro hermanos, antes de fallecer el padre, sindicaron sus acciones en el grupo familiar y en la editora de 'El País'madrid. Jesús de Polanco dejó atado el futuro del Grupo Prisa cuatro años antes de fallecer. Fue el 23 de diciembre de 2003. Ese día, el empresario, sus cuatro hijos -Ignacio, Isabel, María Jesús y Manuel-, y la madre de éstos, Isabel Moreno Puncel, firmaron un protocolo familiar que se activó el pasado 21 de julio, cuando desapareció el cabeza de familia.El acuerdo incluye la sindicación de las acciones de los Polanco Moreno, que se comprometen así a hablar como una sola voz. Un pacto que afecta directamente al 63,91 por ciento del capital del Grupo Prisa, editor de El País, que poseen a través de la sociedad Rucandio.Además, ningún miembro de la familia podrá vender títulos durante un plazo de diez años. De este modo, el fallecido Jesús de Polanco garantizó la estabilidad accionarial de Prisa hasta 2017, blindando al grupo ante posibles conflictos entre los hermanos y allanando el complejo camino del relevo generacional.Pero como toda norma tiene su excepción, el empresario dejó abierta una puerta a la venta del grupo, cuya condición sine qua non es el acuerdo entre todos los hermanos Polanco Moreno. Por tanto, si los cuatro aceptan desprenderse en bloque de sus acciones, podrán transferirlas antes de 2017.Este apunte permite al grupo (o, mejor dicho, a la familia Polanco) entrar en el juego de las multimillonarias ofertas que están protagonizando la actualidad de los grupos de medios, y cuyo protagonista estelar es la compra de Dow Jones por parte del magnate australiano Rupert Murdoch.