madrid. Hacienda vigila de cerca las cuentas de Riofisa correspondientes a 2000 y 2001. De hecho, ha abierto una inspección parcial a la inmobiliaria por la reinversión de los beneficios extraordinarios que obtuvo de las ventas de activos de esos dos años fiscales. La compañía volvió a invertir el dinero que había ganado con la venta del centro comercial Bonaire (Valencia). Este tipo de operaciones gozan de ventajas fiscales, de manera que las compañías tenían bonificaciones ante el Impuesto de Sociedades. Para eso, la reinversión debería cumplir unos requisitos. Riofisa pagó el 15 por ciento de sus beneficios en concepto de Impuesto de Sociedades, en vez del 35 por ciento al reinvertir las plusvalías de la venta del centro en el negocio, informó la compañía. Unas cuentas que no tienen la aprobación de Hacienda. La inmobiliaria puede que se vea obligada a devolver al fisco 11,7 millones de euros, una cifra que ya ha provisionado en las cuentas del primer semestre de 2007. En concreto, debería devolver 9,4 millones de euros más unos intereses de demora de 2,3 millones. Riofisa no está de acuerdo con Hacienda, por lo que ha recurrido el acta y está a la espera de la decisión final. Mientras tanto ha adoptado prudencia al provisionar esa devolución.Las cuentas de Riofisa en los primeros seis meses del año tampoco fueron brillantes. El beneficio cayó un 80,4 por ciento, al situarse en 8,5 millones de euros. Esta caída se debe a que no se registraron resultados extraordinarios procedentes de la venta de centros comerciales, tal y como ocurrió en el primer semestre de 2006.Este hecho también llevó a los ingresos a descender un 39,2 por ciento, hasta los 185,9 millones de euros, pese a que la facturación por la venta de promociones empresariales y residenciales se cuadruplicó.Por contra, las inversiones del grupo continuaron con un desembolso de 288,1 millones de euros, de los que 212 millones se destinaron a la compra de suelo.