Aumentar la reputación y la productividad, y disminuir los costes, la clave del éxitoDurante los años que ejercí de profesor en la Harvard Business School, aprendí liderazgo y estrategia de los mejores CEOs de las mayores corporaciones del mundo. En los años 80 y 90, seguí con gran atención las palabras y los hechos del CEO de General Electric, Jack Welch, quien considero que estableció el estándar del modo de dirigir una corporación multinacional rentable. Su regla de oro era sencilla: para dominar los mercados en que se participa, hay que concentrarse en aquello que haga aumentar la reputación y la productividad o en lo que haga disminuir los costes relativos al cumplimiento de las regulaciones del sector. Una buena gestión de estos tres factores determinará el éxito de la empresa.Los líderes empresariales experimentados saben cuáles son los determinantes clave del éxito económico, y controlan diariamente muchos de ellos. Para un comercio, por ejemplo, el determinante clave podrían ser las pérdidas debidas a robos de artículos por parte de los empleados o del público visitante, a fraudes de los proveedores, y a errores de tipo administrativo. Si la cifra se mantiene por debajo del 2 por ciento, estamos ante un indicador de dirección eficiente de la empresa. Para el director ejecutivo de una escuela para jóvenes problemáticos, el barómetro son los "sentimientos positivos" creados en el centro, que chequea cada tarde en los gráficos murales de su despacho, donde diariamente se integra la información correspondiente. Sean cuales fueren los factores determinantes para su compañía, Welch sostiene que hay que focalizarse en los que tengan el mayor impacto en su reputación, en su productividad, o en los costes necesarios para cumplir con las regulaciones del sector de que se trate. Su tarea como líder de la empresa es hacer que todos lo sepan, lo entiendan, y trabajen en esta única dirección.En las pequeñas compañías con dirección por valores, esos tres factores organizacionales no son menos importantes que en las grandes corporaciones más tradicionales. Pero los líderes que dirigen por valores tienen unos objetivos de empresa de mayor alcance que los de Welch y, por tanto, una serie de valores organizacionales necesarios para triunfar algo distintos.Muchos de los líderes están comprometidos con la responsabilidad medioambiental. No es suficiente hacer un simple cálculo de qué regulaciones medioambientales es lógico cumplir desde una perspectiva económica. Por ejemplo, el fundador de Aveda, Host Rachelbacher, me contó una vez que cuando tenía que afrontar objetivos corporativos potencialmente contradictorios, esperaba que su gente diera prioridad a la Tierra. La rentabilidad de productos para el cuidado personal era importante para su empresa, pero aún lo era más "cuidar del mundo en que vivimos... y dar ejemplo de liderazgo y responsabilidad hacia el medio ambiente (parte de la declaración de la misión de la compañía). Si se producía un conflicto entre la rentabilidad económica de una decisión y el daño al medio ambiente, Horst y la cultura de la compañía eran muy claros acerca de la decisión a tomar. Estos valores indican que la reputación se construye sobre la franqueza y la sinceridad, lo que yo denomino "transparencia". ¿A qué grado de de franqueza y sinceridad está dispuesto a comprometerse cada día? A menudo pienso en la creación de la reputación como una actividad de marketing, como un esfuerzo de persuasión. La transparencia es algo que ayuda a crear su reputación como líder, y también la de su empresa como entidad que se dirige por valores, pero de un modo que es más sólido pero más difícil. La transparencia tiene que ver con ser sincero, franco, e imperfecto. La transparencia quiere decir que no hay secretos (dentro de lo razonable; por ejemplo, el secreto comercial o profesional debe mantenerse), no sólo dentro de los límites de la compañía sino también en el mercado. Los primos de la transparencia son la integridad, la autenticidad, y la credibilidad. Su fuerza procede de su fuente: la verdad. Dirigir poniendo de manifiesto sus dudas y mostrándose abierto a las opiniones de los demás y a sus propias imperfecciones significa que usted debería sentirse cómodo con no tener respuestas para todo. La ignorancia permite que las personas contribuyan y crezcan con usted. El liderazgo exige que usted se reinvente continuamente a sí mismo, a sabiendas de que a veces fallará. Si no lo hace, está limitando la expresión de sí mismo y sus posibilidades, y está poniendo las bases de una cultura conservadora y rígida. La ignorancia significa que usted contempla el poder bajo un nuevo enfoque. Si usted marca la pauta de que en su organización se valora la transparencia, se puede festejar la duda y la ignorancia a la vez que aumente su credibilidad. Fiel a ti mismoLos valores también cuentanMark AlbionDeusto