La compañía invertirá en total 490 millones de euros y empezará a trabajar tras el veranomadrid. En los despachos de Enagás, el gestor técnico del sistema gasístico español, se recibía ayer una buena noticia: la luz verde del Ministerio de Industria, a través de la Dirección General de Política Estratégica y Minas, para la construcción del gasoducto que unirá la Península con las Islas Baleares.Un proyecto en el que la compañía que preside Antoni Llardén invertirá un total de 490 millones, de los que la gran mayoría -360 millones- se dedicarán a la construcción del tramo submarino del gasoducto, que tendrá una longitud de 268 kilómetros.Según los planes del gestor técnico, la futura vía de comunicación se estructurará en dos tramos. El primero irá desde Denia, en Alicante, hasta la isla de Ibiza, mientras que el segundo unirá la capital de los amantes de la fiesta con la central térmica de San Juan de Dios, en la isla de Mallorca.Pero para que esto sea realidad habrá que esperar al menos hasta 2008, cuando está previsto el tendido de las tuberías submarinas, a un máximo de 997 metros de profundidad en el primer tramo y de 718 en el segundo. En cualquier caso, la compañía piensa ponerse manos a la obra cuanto antes y espera empezar los trabajos a finales de este verano, cuando las islas se vacíen de la avalancha estival de turistas.Una vez terminado, el nuevo gasoducto estará preparado para transportar unos 676.000 metros cúbicos de gas .Hay que recordar que el mes pasado el Consejo de Ministros decidía el retorno del Estado a Enagás, con la adquisición de hasta un cinco por ciento a través de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI). Además, aunque la compra todavía no se ha cerrado, lo cierto es que el Estado no tendría limitados sus derechos políticos en la compañía, conforme a la nueva Ley de Hidrocarburos.