madrid. Cada día que pasa el divorcio de Metrovacesa es una realidad. El reparto de poder entre los Sanahuja y el tándem formado por Joaquín Rivero y Bautista Soler ya es patente en el día a día, de manera que cada bando anda por el camino que escogieron en febrero. El emisario de los Sanahuja, Jesús García de Ponga, ha asumido la dirección general, de manera que se encarga más de la actividad de Metrovacesa en el mercado español. Lógico si se tiene en cuenta que es el área que se ha quedado la familia catalana. Por otro lado, Joaquín Rivero dirige la actividad francesa de la inmobiliaria, a través de su filial Gecina, que será la que controle a partir de finales de octubre.De esta manera, el organigrama queda liderado con un presidente ejecutivo que es Joaquín Rivero, que comparte responsabilidades con un directo general también con poderes ejecutivos, un cargo que asume el representante de Sanahuja. Paso a paso, ambos directivos labran el camino que han escogido. Así García de Ponga ha decidido demostrar su confianza en el proyecto empresarial de la nueva Metrovacesa con compra de acciones en los últimos días. De hecho, ha declarado que cuenta con una participación del 0,007 por ciento en el capital social de la inmobiliaria, valorada en unos 575.400 euros a los actuales precios de mercado. Ponga cuenta con 7.215 acciones de Metrovacesa a través de su sociedad patrimonial Aulón Capital, que fue constituida a finales de 2006. Gecina sigue trabajando para engordar su cartera. Su filial Gecimed ha comprado tres residencias de ancianos dependientes en Francia.