Bruselas autoriza los subsidios con la condición de que no haya prórrogasbruselas. La Comisión Europea autorizó ayer hasta el 31 de diciembre de 2014 las ayudas a la producción de carbón en España, producción económicamente inviable sin subsidios. El Ejecutivo comunitario aseguró que la autorización se produjo una vez que el Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero "se ha comprometido en firme a no prorrogar el régimen en ningún caso más allá" de la fecha citada. Ahora habrá que ver si los mineros lo juzgan suficientemente y ponen fin a sus violentas movilizaciones. El apoyo brindado por las autoridades públicas al sector minero español se articula a través de un Real Decreto que impone a los productores de electricidad la obligación de comprar carbón nacional. El argumento legal mediante el que se ha logrado la bendición de Bruselas es que se trata de una obligación de servicio público que contribuye a mantener con vida la extracción de carbón autóctono que de otra manera sería ruinoso, lo que garantiza un nivel mínimo de producción disponible en casa. El objetivo alegado es, en última instancia, reducir la dependencia del Viejo Continente frente a fuentes de energía importadas: generalmente provenientes de regímenes tan poco o nada democráticos como escasamente fiables, situados en zonas particularmente inestables del planeta. Y, como consecuencia, aumentar la seguridad del suministro. A cambio de esta obligación de servicio público, el Estado debe compensar a las eléctricas por los costes adicionales en los que deberán incurrir para comprar carbón a precios nada competitivos en una situación genuina de libre mercado. Y Bruselas explicó ayer que la ayuda pública prevista por el Gobiberno español para amortiguar la onerosa factura del carbón se ajusta a las normas de la UE, puesto que no dará lugar a una compensación excesiva. Los límites de la solar y la eólica España también aseguró a Bruselas que el Real Decreto en cuestión era una medida transitoria, necesaria para garantizar la seguridad del suministro de electricidad durante cuatro años en un país que sigue estando mal interconectado con otros grandes mercados europeos de electricidad, y que tiene una elevada cuota de energías renovables como la eólica y la solar, cuya producción es muy intermitente. Bruselas admitió que las directivas comunitarias para impulsar la liberalización y la integración del mercado eléctrico continental permiten que los Estados del club impongan a sus productores de electricidad obligaciones de servicio público como producir con fuentes autóctonas hasta un límite del 15 por ciento del consumo nacional, para contribuir a garantizar el abastecimiento energético. Según los cálculos de Bruselas, entre los años 2011 y 2014, los volúmenes de electricidad afectados por el Real Decreto equivalen aproximadamente al 9 por ciento del consumo nacional. Y en 2010, tampoco se sobrepasará el listón del 15 por ciento. Contradictorio y contaminante Las reglas generales de la UE que permiten ayudar al carbón expiran a finales de este año. Y pese a que la Comisión Europea se pasea por el mundo con aires de abanderado internacional de la lucha contra el cambio climático, y pregona que para salir de la crisis y desplegar un modelo económico sostenible los Estados deben invertir en sectores que miren hacia el futuro y no sólo hacia el pasado, en julio propuso permitir que el ocaso de las ayudas al sector se polongue hasta el 1 de octubre de 2014, fecha que en la actualidad negocian los 27 Gobiernos europeos.