Beneficiará a más de 3,5 millones de personas, la cuarta parte de sus usuariosmadrid. BBVA ha decidido entrar en la guerra de las comisiones cero. El pasado 13 de septiembre lanzó un plan del que, en principio, se beneficiarán unos 3,5 millones de clientes de la entidad, una cuarta parte del total. No cobrará tarifas por tener una cuenta o una tarjeta de crédito, además de por ingresar cheques o enviar una transferencia. El objetivo es mantener la base de usuarios de sus productos y robar los de otros grupos financieros, al tiempo que elevar su vinculación, para enganchar a 500.000 clientes en los próximos tres años. A día de hoy, a casi 3 millones le sale gratis la cuenta, pero el banco quiere ir más allá y simplificar sus ofertas. Además, la entidad ha identificado a otros 600.000 clientes a los que no cobrará ninguna comisión por servicio. Todos ellos cumplen una serie de requisitos. Los clientes particulares tendrán que tener domiciliada una nómina de, al menos, 600 euros, además de dos recibos con un tiempo de antigüedad de tres meses y una tarjeta de crédito o de débito. Los desempleados también podrán acogerse a esta iniciativa, siempre y cuando su prestación sea superior a 300 euros y pague dos facturas por el banco y disponga de una tarjeta. La medida va dirigida, además, a los menores de 26 años de edad, pensionistas y los clientes que sean titulares de una cuenta de valores con, al menos, 500 acciones del banco. Para estos dos colectivos, no hay requisitos adicionales. Las empresas y los autónomos también podrán disfrutar De estas ventajas, siempre que hayan ingresado en su cuenta 1.800 euros en los tres meses anteriores o tengan otros tipo de vinculación con la entidad, como realización de transferencias o un contrato de crédito comercial. A cambio deberán tener domiciliados dos recibos, pagar las nóminas de sus trabajadores a través del banco o embolsar sus impuestos a través de una cuenta del grupo BBVA. Las comisiones cero se pusieron de moda hace cuatro años cuando las introdujo el Banco Santander. Una medida implantada, entonces, por otros rivales, como Bancaja y el Sabadell.