Industria asegura que hay un acuerdo para respetar la previsible alza de la subasta de la luz que se celebrará hoyMADRID. La revisión de la tarifa eléctrica nunca ha estado exenta de polémica y en estos momentos mucho menos. Ayer mismo, el secretario de Estado de Energía, Pedro Marín, aseguró a un grupo de periodistas que el pacto firmado en julio con el Partido Popular "sigue vivo" y que, de hecho, han acordado respetar la previsible subida con la que cerrará hoy la subasta CESUR, que determina en un 40 por ciento el precio definitivo de la luz. "Hemos llegado a un acuerdo para aplicar el resultado de la subasta a la próxima revisión de octubre", se limitó a decir. Se trata de una afirmación que esconde un nuevo alza del recibo de la luz en tanto que, según fuentes del mercado, la nueva subasta de la energía se saldará con un alza, ya que también tiene cierto peso la evolución creciente del mercado mayorista en los últimos meses. Desde el principal partido de la oposición la reacción no se hizo esperar y el PP negó que hubiera pactado una subida de la luz. El secretario de Economía y Empleo, Álvaro Nadal, quiso escurrir el bulto y aseguró que si hay alguna subida de la luz no será por un pacto con su partido, sino por la falta de medidas claras y necesarias en la política energética del Ejecutivo. El Gobierno ha enviado recientemente una propuesta a la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para congelar la parte de la tarifa que fija el Gobierno -la de los peajes- y que supone el 60 por ciento del precio del recibo de la luz. El resto de las variables que forman este precio dependerá de la subasta que se celebrará durante la jornada de hoy. Por otro lado, los rostros más detacados del tejido energético empresarial se vieron las caras durante la presentación de un informe de la Agencia Internacional de la Energía, donde el director ejecutivo de este organismo, Nobuo Tanaka, apuntó que el coste de "descarbonizar" la producción eléctrica será un 20 por ciento menor si se realiza a través de la energía nuclear. En el debate posterior se cuestionó esta visión "tan optimista", ya que el coste de este tipo de medidas tendrá que repercutirse en los consumidores vía impuestos.