La inversión alcanzaría 400 millones y las ganancias de 2010 a 2013, 431 millonesmadrid. Iberia se gastaría el beneficio de los próximos cuatro años para lanzar la nueva compañía de bajo coste que esta sopesando para cubrir sus vuelos de corto radio. Según explican fuentes de la compañía, el coste de una aerolínea low cost de estas características obligaría a la empresa presidida por Antonio Vázquez a invertir más de 400 millones de euros y, según las previsiones de mercado, las ganancias de Iberia desde 2010 hasta 2013 sumarán 431 millones de euros. Para poner en marcha una aerolínea de estas características se necesitaría una flota de aviones de entre 20 y 30 aparatos. Cuando Iberia y un grupo de socios creo la compañía de bajo coste Clickair, el proyecto se lanzó en una primera fase con una flota de 5 aviones y con un compromiso de inversión de 120 millones de euros por parte de los cinco accionistas de referencia. Pero se estima que el desembolso total en la compañía, que no llegó a finalizar su plan estratégico porque se fusionó antes con Vueling, superó una cifra superior a los 240 millones de euros. En el momento de la operación operaba con una flota de 17 aviones. Arma de negociación Aunque en algunos ámbitos del colectivo de pilotos de Iberia, agrupados en el sindicato mayoritario Sepla, se ha interpretado la creación de la low cost como un arma para negociar unas condiciones más flexibles en los vuelos de corto y medio radio, el consejero delegado de la aerolínea de bandera española, Rafael Sánchez-Lozano, lanzó un órdago antes del verano, asegurando que la compañía de bajo coste comenzaría a operar el 1 de noviembre. Varias fuentes de Iberia consultadas por este periódico aseguran que este plazo marcado "es imposible de cumplir". Si la compañía aérea todavía tuviera intenciones de poner en marcha este nuevo proyecto de filial de low cost, "lo tendría que posponer a primeros de abril para comenzar con la temporada alta del próximo ejercicio", asegura un experto. La última reacción de la sección sindical dirigida por Justo Peral sería aceptar la puesta en marcha de esta nueva compañía a cambio de que Iberia traspasara los vuelos de Vueling y Air Nostrum que pudieran hacer competencia al nuevo proyecto. Algo que la dirección de la aerolínea no estaría dispuesta a aceptar, ya que dejaría sin negocio rentable a su filial de bajo coste. La opción puesta en la mesa por el Sepla pasa por presentar un modelo más flexible en los vuelos de corto y medio recorrido aprovechando la promoción de los copilotos para convertirlos en comandantes en este segmento de negocio. Lo que está claro es que Iberia no puede lanzar esta aerolínea sin el visto bueno de los sindicatos, ya que en el Anexo 14 del último convenio colectivo se deja claro que sólo los pilotos de Iberia son los que deben operar los vuelos de largo radio de Barajas y los que los alimentan.