En la quinta entrega de la saga, el famoso mago se enamora y entra en un sectaLa expulsión de Harry Potter de Hogwarts y su ingreso en la Orden del Fénix, una secta secreta de defensores contra el mal, es el eje central de la quinta entrega cinematográfica de la serie, que sigue con fidelidad la no menos exitosa saga literaria de la escritora mediática J. K. Rowlings, que ha conseguido mantener su moderno cuento de brujería en la cresta de la ola a más de un lustro de su primera aparición. Gracias a su ingenio, el aprendiz de brujo ha pasado a convertirse en una franquicia millonaria que atiborra de dinero a librerías y cines. Los fieles seguidores no parecen cansarse y cada nueva entrega, literaria o cinematográfica, es recibida con inusual entusiasmo. Le ocurrió a esta quinta parte cuando salió a las librerías y no tendría por qué ser diferente con la quinta película, que cuenta con el debut del director televisivo David Yates en la franquicia. Si alguna cosa es original en las películas de Harry Potter es que los actores van creciendo al mismo ritmo que los personajes. En este quinto año, Potter es más adulto pero también lo es Daniel Radcliffe, ahora convertido en un joven y apuesto galán, que les metió un gol a los de Hollywood debutando en la escena londinense la pasada temporada en una obra en la que aparecía totalmente desnudo. Los jerifaltes del cine no se lo tomaron bien: se reservaban como el gran momento de la quinta película el primer beso de amor de Harry, que ha quedado como una estupidez ante el promocionado despelote del chaval. En todo caso, el incidente no empañará el éxito de esta quinta entrega que aunque ha perdido capacidad de sorpresa sigue teniendo varios y muy buenos golpes de ingenio. Uno de ellos es el estreno de un delirante personaje: Dolores Umbridge, la nueva y perversa profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras, interpretada por la veterana Imelda Staunton. Es en realidad una espía del Ministerio de Magia y su misión es no enseñar a los alumnos. Profesor PotterPotter, que está siendo procesado por usar la magia fuera de la escuela, asumirá en la clandestinidad el papel de profesor de Defensa, porque sabe que se acerca una batalla decisiva entre Voldemort y Dumbledore, un enfrentamiento mediatizado por una guerra de varitas mágicas, que resulta de lo más entretenido como suele suceder en los momentos cumbre de esta saga cinematográfica.