Entre 1992 y 2005 se benefició de ayudas federales, de la Nasa y del Pentágonomadrid. La alegría va por barrios en el negocio aeronáutico y ahora le toca el turno de recibir un tirón de orejas al fabricante norteamericano Boeing por ayudarse de subvenciones estatales para lanzar sus programas aéreos. Al igual que hizo a comienzos del verano con Airbus, la OMC (Organización Mundial del Comercio) reconoce que entre 1992 y 2005, el gigante con sede en Chicago se benefició de ayudas de algunos gobiernos federales, de la Nasa y del Pentágono. En total, estos subsidios prohibidos alcanzan 24.000 millones de dólares (18.600 millones de euros). A diferencia del caso europeo, el organismo internacional sólo se limita a reconocer que hay subvenciones a Airbus, manteniendo en se- creto el contenido de las investigaciones. La razón es que el proceso contra Boeing está en una fase mucho más preliminar que la causa contra su rival europeo. La cifra viene dada por los cálculos que se han realizado desde Europa. De esta manera, los subsidios se habrían recibido desde tres bloques diferentes. El primero de ellos incluye los Estados de Washington, Kansas e Illinois, cuyas ayudas provienen de incentivos fiscales o reducción de impuestos. Entre todos ellos suman unas ayudas ilegales de 4.850 millones de dólares (3.750 millones de euros). El segundo bloque lo formarían las subvenciones recibidas por la Nasa en el terreno de la investigación y el desarrollo. Y el tercer bloque provendría del Departamento de Defensa. Ambos bloques alcanzarían los 13.750 millones de dólares restantes. Maggie Bergsma, portavoz oficial de Airbus, explicó a este periódico que "sólo con los dos informes sobre la mesa se abre una ventana para una negociación equilibrada, el único camino para salir de este conflicto destructivo y anacrónico". Y es que el fabricante europeo es partidario de sentarse a negociar con Boeing para llegar a una solución consensuada. Fuentes de la compañía aeronáutica europea aseguran a este periódico que "lo importante ahora es establecer un marco común porque cuando entren nuevos protagonistas en este negocio como es el caso de China, India o Rusia los problemas de subvenciones estatales pueden ser mucho mayores al actual enfrentamiento comercial entre Boeing y Airbus". El fabricante norteamericano no se ha mostrado, de momento, abierto a negociar y asegura que los dos procesos de Boeing y Airbus ante la OMC son totalmente diferentes. Antes de conocerse la resolución del organismo internacional, desde Boeing se aseguraba que ninguna decisión preliminar sobre los subsidios de EEUU distorsiona el mercado como las ayudas al lanzamiento de Airbus, "y ni siquiera se aproxima al nivel de las prácticas europeas en materia de subvenciones", señalaron. El endurecimiento de las disputas entre Boeing y Airbus llega en vísperas de la decisión del Pentágono sobre los aviones tanqueros, contrato valorado en 35.000 millones de dólares y que se conocerá a mediados de noviembre.