El vicepresidente del SIP, José Luis Olivas, anuncia que darán entrada a inversores privadosvalencia/madrid. "En etapas posteriores se podrá dar entrada a nuevos socios que aporten capital, bien procedente de otras entidades de crédito, o de inversores de todo tipo cuando la Sociedad Central cotice en bolsa". Con estas palabras pronunciadas en la asamblea de Bancaja, José Luis Olivas dio por hecho ayer que el banco constituido junto a Caja Madrid y otras cinco entidades cotizará en bolsa. Aunque no precisó una fecha. Olivas, que será vicepresidente del SIP, anunciaba así una posibilidad que Rodrigo Rato, presidente de Caja Madrid y de la nueva entidad, se había resistido a admitir. De hecho, en su discurso de ayer ante la asamblea Rato fue mucho menos explícito sobre este asunto y afirmó que la constitución de la nueva sociedad como banco "mejorará el acceso a los mercados de capitales y permitirá al grupo conseguir sus objetivos de forma más eficiente", sin citar la posible salida a bolsa. Cobertura holgada En su discurso, el presidente de Bancaja justificó a continuación la necesidad de salir a bolsa: "De esta forma, el acceso al mercado de capitales permitirá cubrir holgadamente las nuevas exigencias de recursos propios previstas en los futuros acuerdos internacionales de obligado cumplimiento". Según Olivas, la estrategia del nuevo grupo tiene entre sus objetivos "cubrir con holgura los requerimientos de recursos propios acordados el domingo pasado y conocidos como Basilea III". El SIP, cuyo contrato de integración aprobaron ayer las asambleas de las cajas, ha pedido al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) 4.465 millones de euros, que tendrá que devolver en un máximo de cinco años. "Todo un reto", como admitió ayer Rato. Contabilizando esta ayuda, el nuevo grupo superó las pruebas de estrés realizadas a la banca europea el pasado mes de julio, con un ratio de capital Tier 1 del 6,3 por ciento, frente al mínimo del 6 por ciento exigido. Sin embargo, las nuevas normas de Basilea III elevan los requisitos de Tier 1 al 8,5 por ciento en 2018. Pero, en 2015, el umbral establecido es del 7 por ciento. Y en 2013, la nueva normativa entra en vigor y comienza el periodo de adaptación. Por tanto, una fecha posible para la salida a bolsa del nuevo banco podría producirse pasados dos años. No sólo el aumento de los ratios de capitalización, sino el cálculo y la composición de los mismos hace que las cajas de ahorros estén en desventaja con los bancos y tengan que modificar su estatus tradicional y abrirse a inversores privados, bien sea con cuotas `participativas con derechos políticos o a través de acciones. La privatización, sin embargo, mantendrá el control de los diferentes instituciones - comunidades autónomas, ayuntamientos, sindicatos, etc- sobre las cajas y por tanto se preservará la obra social y la vinculación territorial. Tanto Rato como Olivas hicieron hincapié en este asunto. El SIP supone la creación de la primera entidad en banca comercial y de empresas por volumen de negocio en España, con 355.613 millones de euros, además del primer grupo de cajas de ahorros de Europa y uno de los quince mayores de la zona euro. Como dijo el presidente de Caja Madrid, se constituye un "campeón" de las finanzas. El grupo operará con el nombre de la caja dominante en cada uno de los territorios (ver mapa), y en el resto de España recibirá el nombre del nuevo banco, que aún no se conoce. Esto supondrá el trasvase de oficinas entre entidades en las regiones donde otra caja sea dominante -en Madrid, por ejemplo, todas las del grupo pasarán a ser de Caja Madrid-, y el cierre de algo más de 500 oficinas. En cuanto al coste laboral, habrá una reducción de plantilla de 3.700 personas, de las 26.000 que suman las siete cajas, que se realizará mediante prejubilaciones a partir de los 55 años en un proceso que durará varios años, según fuentes sindicales. Recorte del sueldo, aprobado La nueva entidad permitirá ganar en rentabilidad y eficiencia. Esta es importante en épocas de crisis. De ahí que Rato propusiera ayer un recorte de gastos y la asamblea aprobara una reducción de los sueldos de los vocales del administración y consejeros generales del 5 por ciento, tal y como adelantó ayer este periódico. A partir de ahora, cobrarán 833 euros por cada asistencia a las reuniones. Ya en el primer semestre, los directivos se recortaron su salario un 18 por ciento.