madrid. La compañía catalana Aguas de Barcelona (Agbar) se ha mostrado interesada en el proceso de privatización del Canal de Isabel II, empresa pública encargada de la distribución de agua de la Comunidad de Madrid. Fuentes de la propia empresa aseguraban que se trataría de una operación muy importante puesto que el Canal de Isabel II da servicio a gran número de usuarios. Por tanto, según vaya evolucionando el proceso Agbar estudiará su posible participación en el mismo. Y es que la catalana ya tiene experiencia en la gestión mixta del agua en grandes municipios. No en vano forma parte de la distribución de agua en 1.035 ayuntamientos a lo largo de toda nuestra geografía. Entre éstos, cabe destacar Barcelona, Santiago de Compostela o Marbella. Este tipo de convenios, según explicaban desde Agbar, se han ido implantando paulatinamente en la mayoría de los consistorios españoles. En estos casos la regulación suele estar en manos del Ayuntamiento, mientras que la gestión recae en las empresas adjudicatarias. Así, puntualizaban, Madrid es uno de los pocos lugares donde la distribución de agua está en manos publicas al cien por cien. La compañía ha hecho estas declaraciones durante la presentación de su sede en Madrid. Las nuevas oficinas se encuentran en la última planta de la Torre de Cristal y serán la sede de la filial de negocio no regulado que la compañía acaba de crear y que se denominará Aqua Solutions. En este bloque se engloban servicios como la medición de contadores o la recogida de fangos. Agbar espera que esta división alcance el 15 por ciento de su volumen de negocio en un plazo máximo de 4 años. Dos años de informes Desde que hace dos años la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre anunciase su intención de privatizar el 49 por ciento del Canal de Isabel II, poco se ha evolucionado en el proceso. Según la propia compañía, consultada ayer, todavía se están realizando los estudios de viabilidad. La noticia saltó a la palestra en septiembre de 2008, durante el Debate del Estado de la región. Desde entonces y hasta ahora, lo único que ha trascendido es que se están realizando varios informes para saber cómo se podría producir dicha privatización. En concreto, se están estudiando dos maneras: sacar la parte de la que se quieren desprender a bolsa o vender a una o varias empresas dicha parte. El Canal de Isabel II es un pastel muy goloso ya que sólo en 2009 generó unos ingresos de 740 millones de euros. El problema es que su mantenimiento supone una inversión de 4.000 millones en los próximos 10 años y la región no se quiere hacer cargo de ello.