El 10% de ellos no vendió un solo vehículo en agosto, mes en el que las matriculaciones se desplomaron otro 23,8%madrid. Sin subvenciones públicas las ventas de turismos caminan hacia el abismo. La máxima, por repetida, no pierde actualidad. Las consecuencias de la desaparición del Plan 2000E, la crisis, el galopante paro y las dificultades para obtener financiación han colocado a la industria del automóvil en el filo de una afilada navaja, que amenaza con destruir más tejido empresarial y empleo. En agosto, por segundo mes consecutivo, las ventas de turismos se desplomaron un 23,8 por ciento interanual después de comercializarse 44.578 unidades. El dato es muy preocupante porque retrotrae al sector a niveles de 1989, primer año en el que se comenzó a elaborar la serie histórica de matriculaciones de una forma sistemática. Las subidas acumuladas hasta el mes de junio permiten ofrecer una fotografía desfasada, en la que aparecen 730.906 unidades vendidas y un incremento del 21,9 por ciento, que se irá desfigurando a medida que transcurran los meses. ¿Por qué han caído tanto las matriculaciones de automóviles en agosto? Sencillamente porque los clientes particulares no entran en los concesionarios. Tanto es así, que el 10 por ciento de estos establecimientos (alrededor de 300) no han vendido un solo automóvil el pasado mes. Según precisa Anfac, la patronal de los fabricantes, el canal de particulares retrocedió en agosto un 37,3 por ciento, con un nivel de demanda que superó ligeramente las 29.000 unidades. Las únicas que tiraron del carro de las compras fueron las empresas alquiladoras de vehículos, con un aumento del 73,4 por ciento, y las grandes empresas, que experimentaron una mejora del 17 por ciento. Y ambos comportamientos positivos tienen gato encerrado, porque las primeras sólo adquirieron cerca de 2.200 vehículos para renovar sus flotas después de doce meses marcados por su inmovilismo comprador, mientras las segundas estaban obligadas a renovar parte del parque adquirido en régimen de renting por el aumento del coste de mantenimiento y el descenso del valor residual del vehículo. Anfac estima que el segundo semestre del año seguirá por los mismos derroteros, con una contracción de las ventas del 30 por ciento y 164.000 vehículos menos en las calles y carreteras, lo que coloca a la red de concesionarios entre la espada y la pared, ya que está dimensionada para desarrollar un volumen de comercializaciones muy superior. Ganvam, la patronal de los concesionarios, se muestra menos optimista y calcula que las ventas se contraerán un 40 por ciento este otoño. Su presidente, Juan Antonio Sánchez Torres, calcula que desde el estallido de la crisis se han perdido 30.000 empleos y el 10 por ciento de las pequeñas empresas han cerrado. Para el presidente de Aniacam, Germán López Madrid, "si no se recuperan los planes de ayuda al mercado, en 2011 éste podría situarse por debajo de 850.000 vehículos, lo que provocaría un nuevo cierre de empresas y pérdida de empleo. No debemos olvidar que hace sólo unos años este sector suponía el 5 por ciento del PIB y el 11 por ciento del empleo, y es clave para la economía española".