Por el Impuesto de Sociedades entre 2001 y 2005 tras una inversión en Argentinamadrid. Problemas para la filial española de Peugeot Citroën en pleno frenazo del sector del motor tras el fin de las ayudas y la subida del IVA. Hacienda ha exigido a la compañía el pago de 157,8 millones de euros por el Impuesto de Sociedades entre 2001 y 2005. Según explica el fabricante automovilístico en el informe de sus últimas cuentas anuales, que acaba de depositar en el Registro Mercantil de Madrid, la reclamación tiene su origen en la valoración que se hizo de la filial argentina para su adquisición por parte de la española hace nueve años. La Agencia Tributaria mantiene que "dada la situación económica general que atravesaba Argentina en la fecha de la operación, unida a su interpretación de la situación patrimonial de la filial, el coste de la adquisición debía haber sido contablemente igual a cero, por lo que no están justificadas las provisiones anuales por deterioro contabilizadas sobre estas inversiones ni, por tanto, serían deducibles fiscalmente". La compra se realizó por 336,4 millones de euros y, según las cuentas de Peugeot Citroën España, su participación, que se eleva al 99,9 por ciento, estaba valorada al cierre del pasado ejercicio en 697,8 millones. La empresa asegura en su informe que esta inversión "se compone de la compra original y posteriores ampliaciones de capital, que fueron suscritas mediante capitalización de créditos". Sin embargo, de acuerdo con la Agencia Tributaria, las inversiones posteriores realizadas deberían haberse deducido del precio de compra original. Hacienda no está de acuerdo con los movimientos contables llevados a cabo y, en este sentido, notificó el pasado 10 de marzo a la empresa la apertura de un procedimiento sancionador. Recurso de la empresa Peugeot Citroën España ha firmado las actas de liquidación en disconformidad, recurriéndolas en primera instancia al Tribunal Económico-Administrativo Central (Teac). "Existen argumentos de peso, tanto de fondo como de forma, para defender los intereses de la sociedad con suficientes posibilidades de éxito, aún considerando la incertidumbre propia de estos litigios", asegura la compañía en su informe. En cualquier caso, la filial está tranquila porque su matriz francesa se ha comprometido a compensarla ante cualquier hipotético pago que, en última instancia, tuviera que realizar. Este compromiso está basado en el contrato firmado en 2001, en el que se deja claro que hay que evitar cualquier perjuicio patrimonial a la compañía.