parís. La prensa francesa está en pleno movimiento. El diario económico Les Echos podría cambiar pronto de manos en una operación que afectaría también a su competidor, La Tribune, mientras el relevo en la dirección de Le Monde anuncia un golpe de timón en la estrategia de desarrollo del grupo, con un impacto en la prensa regional. Y como si fueran pocos para repartirse el pastel publicitario, Springer quiere lanzar un Bild -diario sensacionalista alemán- a la francesa.El grupo LVMH, propiedad de Bernard Arnault, confirmó el jueves pasado que mantiene negociaciones en exclusiva con el británico Pearson para comprarle Les Echos, una transacción que suscita la oposición de los trabajadores del periódico y una viva inquietud de los de La Tribune, del que ya es dueño Arnault.Oferta de LVMH Según distintas informaciones, LVMH habría ofrecido 240 millones de euros por el primer diario económico francés, que en 2006 dio 11,5 millones de euros de beneficios sobre una facturación de 122 millones. La dirección de Les Echos no ha precisado el importe de la oferta, pero sí ha indicado que es "lo bastante importante como para que Pearson esté obligado a darle la exclusividad y a someterla a sus accionistas".El plazo fijado para las negociaciones expira a mediados de noviembre, pero los sindicatos creen que el acuerdo de venta podría cerrarse antes del verano. Los trabajadores de Les Echos, que ya hicieron huelga el martes pasado cuando la operación era sólo un insistente rumor, planean nuevos paros en concertación con sus colegas de La Tribune.Una de sus preocupaciones se refiere a la independencia editorial, dado que LVMH es un grupo industrial del que informan cotidianamente, según han expuesto en una carta a Marjorie Scardino, la presidenta de Pearson. Un centenar de personalidades de las finanzas y la política han firmado una petición publicada ayer al respecto. Otro motivo de inquietud es la posibilidad de que Arnault fusione Les Echos (220 periodistas) con La Tribune (130) -con la inevitable reducción de plantilla que eso supondría- o prefiera vender ésta última cabecera. La Tribune factura 50 millones de euros y pierde unos doce millones al año. Por otro lado, las repercusiones del cambio en la dirección de Le Monde tampoco se limitarán al diario. El pasado 22 mayo, la Sociedad de Redactores de Le Monde (SRM) votó contra la renovación del mandato de Jean-Marie Colombani, que había sido presidente de su directorio durante trece años, censurando tanto su estilo "monárquico" como la estrategia que ha desarrollado desde 2000.Colombani quería constituir un verdadero grupo de prensa en torno al periódico para garantizar su independencia. Sin tener los recursos necesarios, Le Monde ha adquirido el diario Midi Libre y sus filiales, así como las Publications de la Vie Catholique, editora de varias revistas como Télérama. El proyecto más reciente era crear un "polo sur" de actividades, fusionando las cabeceras de Le Monde en el sur de Francia con los diarios regionales del grupo Lagardère (La Provence, Nice-Matin). Esta política de desarrollo ha multiplicado las deudas, que se elevan actualmente a más de 100 millones de euros, y ha obligado a recurrir a capitales externos -Lagardère, Prisa, Saint-Gobain, Crédit Mutuel, Nouvel Observateur-, que controlan un 47 por ciento del periódico. Le Monde ha acumulado además 146 millones de pérdidas en los seis últimos ejercicios.La SRM, que posee un 21,8 por ciento, temía que los accionistas externos acabaran tomando el control tras una ampliación de capital de 40 a 50 millones de euros, prevista este año, que diluiría su participación. La nueva dirección, que todavía está pendiente de la aprobación de los trabajadores, está constituida por dos hombres de la casa, Pierre Jeantet y Bruno Patino, que se han comprometido a suspender el proyecto de "polo sur" que preocupaba a los periodistas, lo que evitaría una ampliación de capital. Problemas de distribuciónUna opción para reducir la deuda sería la venta de los activos regionales -los de Le Monde, pero además los de Lagardère, que también quiere vender-, por los que se han interesado ya el grupo Hersant Media y varios financieros. Además de la competencia de los nuevos medios de información como Internet y los gratuitos, la prensa francesa arrastra un problema de distribución con una red insuficiente y se resiente de un mercado publicitario a la baja. En este contexto, se comprende la prudencia del alemán Axel Springer, que se propone lanzar una versión francesa de su tabloide popular Bild el próximo otoño. El miércoles pasado, Springer se declaró dispuesto a invertir 120 millones de euros en tres años... si encuentra otro socio francés o extranjero para compartir los costes y riesgos. Un equipo de 40 personas trabaja ya en el proyecto, que es muy ambicioso. El diario popular sería el más barato del mercado -50 centímos- y tendría que vender entre 500.000 y 800.000 ejemplares para ser rentable, en un país donde se leen cada vez menos periódicos de pago. ¿Les suena familiar? La versión española del Bild, claro, se estrelló a principios de los años 90.