El grupo español adquiere todo Vivo y se convierte en el líder de las telecomunicaciones en BrasilEl operador portugues apalabra su entrada en otra compañía brasileña por 3.700 millonesmadrid. Portugal Telecom (PT) y José Sócrates, primer ministro luso, claudicaron ayer ante Telefónica y accedieron a vender el 30 por ciento del operador luso en Brasilcel, sociedad que controla Vivo. El último episodio de la batalla que mantenían las compañías ibéricas por el operador líder del móvil brasileño se produjo el pasado martes. Ese día vencía el plazo del precontrato que vinculaba a PT para entrar en el capital de la operadora brasileña Oi. Acuciada por las urgencias, un alto cargo del operador portugués llamó el pasado martes al despacho de César Alierta, presidente de Telefónica, para fijar un acuerdo al borde de la campana. De esa forma, PT fue cediendo en todas sus pretensiones iniciales ante las sugerencias del grupo español. El objetivo de PT consistía en formalizar la venta de Vivo con la única condición de maquillar una cifra final que resultara favorable para la imagen política del Ejecutivo luso. Es decir, se imponía cerrar un pacto por 7.500 millones de euros, aunque en realidad el coste real una vez descontadas diversos conceptos sería de 7.150 millones, es decir, la misma cifra ofertada por la teleco española en la junta de PT del pasado 30 de junio y que contó con el respaldo del 74 por ciento de los accionistas. Los acontecimientos se desenvolvieron de forma favorable para ambas partes y Alierta envió a Lisboa a tres ejecutivos de su confianza para que revisaran sobre el papel las condiciones pactadas por teléfono. No hubo problemas y el consejo de Telefónica aprobó la compra ayer al mediodía. Quizá esperando una nueva contraoferta de Telefónica, que nunca se produjo, PT esperó hasta el último momento para apalabrar su entrada en el capital de la operadora brasileña Oi, con quien venía negociando desde el principio del verano. El grupo luso estaba obligado a volver a negociar con Telefónica ya que, de lo contrario, PT tendría que hacer frente a importantes compensaciones. El pasado 20 de julio, la portada de este periódico desveló la existencia de los referidos preacuerdos y plazos. La información de elEconomista, titulada "PT firmó un acuerdo con Oi que le exige vender Vivo a Telefónica en diez días", fue desmentida el mismo día por PT a través de un escueto comunicado remitido al supervisor luso de los mercados. Desde entonces, el tiempo ha corrido en contra de la compañía portuguesa. Al final las cosas se resolvieron de forma que todos quedaron contentos. Telefónica compraba de la mitad de Vivo que anhelaba y PT obtenía a cambio una cifra valorada en 11 veces el beneficio operativo antes de amortizaciones (ebitda) de Vivo. Tras 80 días de pelea empresarial y política, el grupo español culminó una ofensiva que le convierte en el líder del mercado de telecomunicaciones brasileño, uno de los más prósperos y prometedores del mundo, por no decir el que más. Tras el acuerdo de ayer, el precio de la compra del 30 por ciento de PT en Brasilcel se elevó a 7.500 millones de euros, es decir, 350 millones más que la oferta que ya había sido aceptada por el 74 por ciento de los accionistas en la junta. Ahora bien, de los referidos 7.500 millones de euros que pagará Telefónica a PT por su participación en Vivo, el grupo español tendrá que descontar 350 millones que a finales de junio tenía previsto desembolsar a través de diferentes conceptos. Entre ellos, Telefónica se ahorrará el pago del dividendo aprobado a PT, que todavía no ha sido distribuido. También descontará la retribución que debería haber satisfecho a PT durante los tres próximos años, tal y como contemplaba la oferta del 29 de junio. Asimismo, Telefónica queda libre para realizar, o no, la compra de la compañía de call center de PT. Por lo tanto, Telefónica asumi- rá el mismo esfuerzo económico que el que tenía previsto cuando elevó su oferta: 7.150 millones. Los accionistas de Telefónica pueden estar tranquilos respecto al futuro de sus dividendos, ya que el grupo de telecomunicaciones se ha esmerado en recordar que "mantiene todos los compromisos adquiridos con sus accionistas, incluyendo el aumento continuado del dividendo hasta un mínimo de 1,75 euros por acción en 2012". A falta de las autorizaciones de los reguladores brasileños, trámite que se solventará sin dificultades en el plazo de dos meses, Telefónica puede considerarse el líder del sector de las telecomunicaciones de Brasil. Para ello, tendrá que satisfacer las condiciones pactadas con PT mediante el pago aplazado del 40 por ciento del precio acordado. Asimismo, la compañía que preside Alierta desembolsará 4.500 millones de euros al cierre de la operación, 1.000 millones de euros adicionales el próximo 31 de diciembre y los últimos 2.000 millones que completan el pago a finales de 2011. Cómo se financia la compra La financiación de la compra está encarrilada desde hace tiempo. Por lo pronto, Alierta ha cerrado un préstamo de 8.000 millones de euros, que ya tenía apalabrado con varias decenas de entidades financieras coordinadas por Citigroup. Según informa Reuters, el crédito se divide en dos tramos: uno por importe de 5.000 millones, con vencimiento de tres años, y un margen de 65 puntos básicos sobre euribor; y otro, de 3.000 millones, suscrito a cinco años y con un interés de 80 puntos básicos sobre el interbancario. Por su parte, PT informó ayer sobre la firma de un acuerdo de intenciones para la compra de un 22,38 por ciento de los derechos económicos de la compañía brasileña Oi por un total de 8.400 millones de reales brasileños (unos 3.700 millones de euros), según informó la compañía portuguesa a través de un hecho relevante.