Los dos fabricantes empatan y sus pedidos suman 55.000 millones de dólaresmadrid. Airbus y Boeing se van con el zurrón lleno del salón aeronáutico de Farnborough más reñido que se recuerda. Los dos gigantes han conseguido prácticamente un empate técnico y, lo que es más importante, ven como el mercado comienza a despegar después de un último ejercicio muy preocupante, en el que Boeing, por poner un ejemplo, sólo consiguió 263 pedidos en todo el ejercicio, una cifra que prácticamente ha sido capaz de alcanzar el fabricante con sede en Chicago en tan sólo cuatro días de feria aeronáutica, en los que ha logrado 249 peticiones. Ambos rivales han contabilizado una cartera de pedidos valorada en 55.000 millones de dólares gracias a 504 encargos realizados por las aerolíneas: 28.000 millones para Airbus (tras 255 solicitudes) y 27.000 millones para Boeing. Estas cifras siempre hay que tomarlas con reservas, porque las cuentas se realizan a partir del precio de catálogo de los aviones y el verdadero importe de la operación suele ser el secreto mejor guardado entre el fabricante y la aerolínea. En este tipo de negociaciones se tienen en cuenta otros baremos para poner un precio final, como la cantidad de aparatos que se compran o si se incluye mantenimiento o no. Además del importante volumen económico, en estos pedidos hay otros retazos que demuestran que existen claros síntomas de recuperación. Sobre todo, si se tiene en cuenta que más de la mitad de estos aparatos -254 unidades- provienen de las grandes empresas de leasing (alquiler) del sector. Y estos gigantes como Gecas o la nueva ALC -fundada por el antiguo presidente de ILFC, otro gran grupo del sector- empiezan a comprar aviones y cuando lo hacen nunca dan puntadas sin hilo: saben que el negocio mundial de las aerolíneas remontará el vuelo en breve. Otro dato que llama la atención es que se ha conseguido este impresionante número de pedidos sin tener que recurrir a los programas estrella de los grupos: el A380 por parte de Airbus y el 787 en el caso de Boeing, en dónde sólo ha habido un pedido de tres Dreamliner por parte de Royal Jordanian. No podía ser de otra manera, ya que el 787 se presentaba en sociedad en un salón por primera vez. El pulso protagonizado por los dos gigantes del sector no ha eclipsado a otros fabricantes más modestos. Es el caso del grupo brasileño Embraer, que fabrica aviones que no sobrepasan el centenar de plazas. Para ellos, Farnborough ha sido un éxito con encargos por valor de 7.900 millones de euros.