El colectivo denuncia que "la situación laboral es insostenible" y culpa a Aena madrid. El Gobierno habilitará a los controles militares para que puedan suplir a los civiles en situaciones "excepcionales" y en momentos puntuales. Ésta es la propuesta trasladada el pasado lunes a José Luis Rodríguez Zapatero por el ministro de Fomento, José Blanco, con el respaldo del Ministerio de Defensa. La medida persigue acotar situaciones de conflicto como las registradas los días 16, 17 y 18 julio en el aeropuerto de El Prat (Barcelona), en las que un total de 133 controladores civiles no acudieron a sus puestos de trabajo por causas sobrevenidas, bajas comunicadas a Aena, guardias legales y permisos de diversa naturaleza. "El hecho de que un controlador militar esté habilitado para desempeñar la función en torres de control o centros de control de navegación aérea civiles requiere una orden del presidente del Gobierno, pero para que se pueda dar esa orden hay que proceder a la habilitación y eso es lo que vamos a hacer", detalló ayer el ministro gallego a la cadena SER. Defensa dispone en estos momentos de 250 suboficiales del Ejército del Aire que trabajan como controladores del tránsito aéreo y que, tras un curso de tres meses de duración máxima, podrían desempeñar sus funciones profesionales en "torres medianas, nunca en centros de control", según precisaron ayer fuentes de Aena. Profesionales, pero menos La iniciativa de José Blanco fue muy mal acogida por la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA). Su portavoz, Daniel Zamit, anticipó que "los controladores militares forman parte del mismo gremio, pero su actividad es distinta. No tienen los mismos conocimientos, su inglés es menos fresco y pueden cometer errores en la identificación de aviones. No nos pueden sustituir de la noche a la mañana". Para corroborar las diferencias que les separan recordó el accidente acaecido en Nantes en marzo de 1973, en el que dos aviones chocaron en pleno vuelo cuando estaban siendo controlados por personal militar. USCA precisó que la normalidad presidió el tráfico aéreo en el aeropuerto de Barcelona durante los días 16 al 18 de julio y culpó a Aena de la "situación laboral insostenible" que soporta el colectivo tras la aprobación por parte del Gobierno en febrero pasado del decreto que regula su actividad. Según la dirección del sindicato, el colectivo desarrolla más trabajo del que puede asumir porque se ha incrementado la actividad aérea y reducido el número de efectivos tras la prejubilación de compañeros que cumplieron 57 años. De acuerdo con su versión, la situación ha provocado numerosos casos de estrés, depresión y cansancio inducido por jornadas laborales interminables, que han cristalizado en cinco muertes súbitas. Estas causas y la mala programación de la dirección de Aena han propiciado las 133 bajas contabilizadas en el aeropuerto catalán durante los tres días citados, según detalla el sindicato. Para USCA, "la seguridad del tráfico aéreo está garantizada", aunque denunció que durante el primer trimestre de 2010 se duplicó el número de incidentes de seguridad en España, incluyendo seis cuasicolisiones en el aeródromo de El Prat. Su presidente, Camilo Cela, negó que el colectivo mantenga un pulso con el Gobierno y expresó su voluntad de diálogo para negociar el II convenio colectivo. El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, anunció en Santander que la Fiscalía investigará el incremento de las bajas laborales de los controladores aéreos y reiteró que garantizará que los ciudadanos no se vean afectados en sus desplazamientos por los intereses de "una minoría", informa Servimedia.