Los fabricantes creen que el concurso se repetirá tras los comicios de octubremadrid. Al AVE de Brasil le cuesta salir de la estación. Pese a que el pasado martes el Gobierno de Lula Da Silva lanzó el proceso de licitación el ganador no se conocerá, según las bases, hasta el 16 de diciembre, después de las elecciones generales que podrían cambiar el signo político del país. Pero lo más preocupante es que los fabricantes interesados en el concurso están convencidos de que esta reciente convocatoria es un gesto de cara a la galería por parte de Lula y que el proceso se retrasará sobre la fecha prevista. Varias fuentes de la industria ferroviaria consultadas por este periódico coinciden en que una vez que se celebren las elecciones generales el próximo mes de octubre, "el partido político que gane volverá a poner en marcha un nuevo proceso de licitación" para unir los 530 kilómetros que separan Río de Janeiro y Sao Paulo con una infraestructura y con un tren de alta velocidad. Entre otras cuestiones que chirrían a los posibles candidatos destaca la escasa oferta económica del Gobierno de Brasil para una obra de tanta envergadura. En total, el trazado está presupuestado en 33.100 millones de reales (14.700 millones de euros). Como los ofertantes pueden realizar un descuento de hasta el 10 por ciento, se podría quedar en 28.000 millones de reales (12.500 millones de euros), una cifra a todas luces insuficiente si se tienen en cuenta que la mitad del complicado trazado orográfico se completa con túneles y viaductos. Este handicap sitúa en muy buena posición a consorcios coreanos y chinos que están interesados en el proyecto, ya que podrían mandar miles de trabajadores, de mano de obra muy barata, para realizar la infraestructura. Algo que otros candidatos europeos no están dispuestos a proponer. Las mismas fuentes también coinciden en advertir de que en la mayoría de los procesos de licitación que se han producido históricamente en Brasil, los calendarios se retrasan por las protestas y recursos. A diferencia de otros países, donde sólo presentan reclamaciones los candidatos al concurso, en el país sudamericano cualquiera puede quejarse de un proceso de licitación público. Y las fechas son claves en este caso, ya que la intención del Gobierno brasileño es que la faraónica obra esté lista para los Juegos Olímpicos de 2016, aunque en la licitación la fecha de término de la obra se establece en 2017. Hace tiempo que ya quedó descartada la pretensión inicial de que la alta velocidad carioca estuviera lista para el Mundial de Fútbol de Brasil. Dos ofertas españolas Aunque todavía no existe ningún candidato oficial a la infraestructura de alta velocidad, en el caso de la industria española ya se sabe que hay dos consorcios interesados: uno de ellos capitaneado por Siemens España -arropado por OHL, Isolux e Indra- y otro por Talgo, que iría acompañado por ACS y Dimetronic. Una duplicidad de propuestas que molesta desde un primer momento a ministerios como Fomento e Industria, que hubieran preferido una oferta conjunta para potenciar la marca AVE de España, una alternativa que se antoja bastante difícil a estas alturas del proceso de contratación. En el ámbito internacional existen muchos grupos interesados además de los ya nombrados coreanos y chinos. Bombardier, por ejemplo, ha confirmado a este periódico que "está estudiando la licitación con mucho detenimiento", aunque tampoco ha tomado una decisión definitiva. Si acudiera al proceso, lo lógico es que lo hiciera a través de su filial brasileña, aunque la tecnología que aplicaría a los trenes del AVE a Brasil ya la está desarrollando en China. Japón también sigue de cerca el concurso.