Una conversación apunta a que su madre ha evadido dinero a través de las SeychellesPARÍS. El ministro de Presupuesto francés, Francois Baroin, anunció ayer que las autoridades fiscales investigarán las declaraciones de impuestos de la mujer más rica de Europa, la heredera del grupo cosmético L'Oreal, Liliane Bettencourt, después de que saltara el escándalo al conocerse que la esposa del ministro de Trabajo galo, Eric Woerth, ayudaba a Bettencourt a administrar sus cuentas. "Las autoridades fiscales van a investigar todas sus rentas públicas tras las revelaciones de su abogado", declaró Baroin a la emisora francesa radio Europe 1. "Llegaremos al fondo de esto. Viajaremos por el mundo para encontrar qué es y dónde está (...). La ley es igual para todos y será aplicada con fuerza", afirmó. El caso de presuntos delitos fiscales de Bettencourt se destapó cuando la prensa francesa publicó la transcripción de unas conversaciones entre Bettencourt y sus asesores, grabadas en secreto por su mayordomo por encargo de la hija de la anciana y cuyo contenido, según los diarios galos, hacía referencia a participaciones en Suiza y las islas Seychelles. Bettencourt, de 87 años, posee una fortuna estimada por diferentes expertos en los 10.000 millones de euros, patrimonio administrado por un equipo de expertos. La heredera ha asegurado que cooperará con la investigación y que no existían indicios de que hubiera quebrantado la ley de forma consciente. El juicio comenzará la semana próxima, pero las repercusiones han salpicado a Woerth, quien está a cargo de una crucial reforma de las pensiones estatales, debido al nexo de su esposa con la propiedad de Bettencourt y a su propio fracaso en la investigación de la heredera.