Los resultados extraordinarios logrados con las plusvalías de Aldeasa y la venta de inmuebles disparan sus gananciasmadrid. Las cuentas de Altadis se encienden a la espera de que entre en vigor la ley antitabaco el próximo mes de enero y se prohíbe definitivamente fumar en bares y restaurantes, lo que podría obligarle a acometer nuevos planes de reestructuración. De momento, en 2009, y según las cuentas que se acaban de publicar en el Registro Mercantil de Madrid, su beneficio se ha triplicado prácticamente, hasta 327 millones de euros. En la misma línea, la cifra de negocios creció un 35,7 por ciento, hasta 780 millones. La evolución de las ganancias no quiere decir, sin embargo, que en España se fume mucho más, ya que la tabacalera ha logrado estos resultados gracias, sobre todo, a los ingresos extraordinarios. Además de las plusvalías por la venta de sus acciones en Aldeasa, por un importe de 160 millones, destacan las que ha conseguido con la permuta de la fábrica de Tarragona, los inmuebles en Málaga, La Coruña y Valencia, entre otros, donde se ubicaban antiguas fábricas. La situación de la compañía, sin embargo, puede cambiar radicalmente después de que el pasado miércoles el Pleno del Congreso aprobara el inicio del debate sobre la reforma de la ley antitabaco y se abriera el turno para las enmiendas. La medida ha sido aprobada con 341 votos a favor, tan sólo dos en contra y cuatro abstenciones. Altadis ha comunicado ya al Gobierno que podría verse obligada a acometer nuevos planes de reestructuración, que se añadirían al llevado a cabo el año pasado. La última regulación de empleo, que se aprobó el 26 de marzo de 2009 y finaliza el próximo día 30 de junio, afectó a casi 800 personas y ha supuesto el cierre de las fábricas de Alicante y una reducción muy importante de la actividad en Cádiz y Palazuelo, en la provincia de Cáceres. La tabaquera destacó hace un año, cuando se aprobó el ERE, que las medidas propuestas en España contribuirían a corregir los "lastres de redundancias e ineficiencias, además de garantizar la viabilidad y competitividad de las operaciones españolas, que consolidan su continuidad. Gran parte de la producción se ha trasladado a la fábrica que la compañía, propiedad de Imperial Tobacco, tiene en Cantabria. Sin embargo, la empresa ha advertido ya que si sale adelante la nueva ley antitabaco, ésta planta también corre peligro. El pasado 10 de junio, el grupo remitió una carta al presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, en la que alerta de que la prohibición de fumar en espacios públicos "puede poner en riesgo el empleo" de la planta y, por ello, pide al Ejecutivo autonómico que traslade esa preocupación al Gobierno central, al que, de hecho, también se ha dirigido. La plantilla de la tabacalera, dueña de marcas como Fortuna o Ducados, se eleva actualmente a 1.758 trabajadores. En este contexto, la cúpula de Altadis ganó el año pasado 3,33 millones, un 50 por ciento más, pero hay que tener en cuenta que el ejercicio anterior tuvo sólo ocho meses.