madrid. Apple comenzó ayer a comercializar la nueva versión del iPhone en Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania y Gran Bretaña. El iPhone 4 está equipado con una pantalla de alta definición, una función que permite las conversaciones telefónicas de vídeo y un software de edición. Debido al huso horario, los japoneses tuvieron el honor de ser los primeros en poder comprar el aparato y centenares de ellos, algunos con disfraces de teléfono, pasaron la noche en vela bajo el húmedo verano japonés. Ryochi Hoshino fue el primero de la fila de 500 personas que se formó la víspera delante del negocio que Apple tiene en Tokio, en el barrio Ginza. En París, el empresario senegalés Bassirou Gueye se encontraba entre las 350 personas que hicieron cola ante la puerta de la principal tienda de Apple en la capital francesa, situada en el selecto centro comercial que se encuentra debajo del Museo del Louvre. Según los especialistas, este nuevo teléfono no aporta cambios tecnológicos demasiado revolucionarios, pero el efecto de la moda siempre da buenos resultados.