Y le augura presiones deflacionistas, elevados tipos de interés y débil crecimiento del PIBbruselas. La Comisión Europea clasificó ayer a los 27 países de la UE en cuatro grupos, según los riesgos que pesan sobre sus presupuestos públicos y su situación macrofinanciera. El grupo de los Estados más vulnerables quedó integrado por Reino Unido, España, Irlanda, Rumanía, Portugal y Grecia. Esta clasificación está en el informe de 2010 del Ejecutivo comunitario sobre Las Finanzas Públicas en la Unión Económica y Monetaria; documento que afirma que estos países "están sometidos a presiones deflacionistas, tipos de interés reales relativamente altos y un crecimiento nominal bajo del producto interior bruto (PIB)". Bruselas advierte que "la consolidación presupuestaria y la reducción de la deuda es un desafío especialmente exigente en este contexto". Y aconseja: "Estos países deberían esforzarse en evitar medidas que deterioren aún más su competitividad como, por ejemplo, amplios incrementos de impuestos sobre la producción, los beneficios y el empleo". La recaudación que no volverá El informe de la Comisión Europea no deja títere con cabeza en la constelación de políticos que han llevado las riendas de España desde 1986. Primero recuerda que la presión fiscal creció en España del 32,75 por ciento del PIB en 1995 hasta el 37 por ciento en 2007, sin aumentos significativos en los impuestos. Y puntualiza que tal incremento ocurrió pese a las reformas de la fiscalidad directa de 1999 y 2003, cuyo objetivo fue reducir la presión fiscal sobre la renta. E inmediatamente advierte que "en general, los análisis econométricos han indicado que alrededor del 75 por ciento del incremento de los ingresos fiscales observados entre 1995 y 2006 fueron de naturaleza transitoria". Y sentencia que el final en España del boom de valores como la vivienda o, lo que es lo mismo, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria "ha llevado a una reducción permanente de la elasticidad de la recaudación". Conclusión: "La aplicación de recortes fiscales y de aumentos del gasto en el periodo 1995-2007, especialmente aquellos con más difícil vuelta atrás en periodos de vacas flacas, no parece haber tenido en cuenta tales efectos transitorios". De modo que la responsabilidad de que en la actualidad se especule con una posible quiebra del Estado español, por previamente no haber tenido en cuenta en la gestión de la política presupuestaria que España vivía un periodo tan excepcional como finito, la comparten los anteriores Gobiernos del PP presididos por José María Aznar y los recientes Ejecutivos del PSOE encabezados por José Luis Rodríguez Zapatero. Burbuja inmobiliaria Los males remontan incluso a los Gobiernos del PSOE presididos por Felipe González, según el informe de la Comisión Europea. "La política fiscal también podría haber contribuido a elevar el endeudamiento de los hogares y a alimentar el gran boom de la vivienda en España. El trato fiscal de la vivienda en España favoreció la compra de viviendas a expensas de otras inversiones alternativas", lamenta el documento. Y detalla: "Entre 1986 y 2004, el efecto del trato fiscal de la compra de vivienda fue un incentivo que incrementó la demanda". Y la responsabilidad no se reduce al Gobierno central: "Además, las Comunidades Autónomas añadieron otras deducciones".