Quiere demostrar que todas las entidades pueden soportar "peores escenarios"madrid. El Banco de España quiere que los mercados "conozcan perfectamente la situación del sistema bancario español", por lo que publicará el resultado de las pruebas de estrés a las que ha sometido a las entidades, según anunció ayer el gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez, en la presentación del informe anual del supervisor ante su consejo de gobierno. Fernández Ordóñez recalca en varios momentos de su discurso que la crisis fiscal griega ha provocado que los mercados se vuelvan más exigentes con España, que además vio como la "onda expansiva del contagio griego" alcanzó a nuestro país en pleno proceso de reestructuración de las cajas. El gobernador explica que ha llevado a cabo estas pruebas de estrés para verificar que todas las entidades españolas disponen del capital suficiente, no sólo para afrontar las circunstancias actuales sino para resistir "escenarios más complicados en el futuro próximo". Menos margen de maniobra Sin embargo, Ordóñez admite que en esta "segunda ola de la crisis" es el sistema financiero español el que se está viendo más afectado como consecuencia del aumento del desempleo, la exposición al sector inmobiliario y el consiguiente aumento de la morosidad, que presionan los márgenes de intereses, menguan el colchón de provisiones y dejan a las entidades con menos capacidad de maniobra. La reestructuración del sistema financiero, y también la reforma, es esencial, en opinión del gobernador, para "devolver la confianza en la economía española". En este contexto es donde se debe situar la intención del Banco de España de publicar los datos de las entidades, ya que en las últimas semanas, los mercados de capitales han penalizado a los bancos que proceden de España, exigiendo mayores diferenciales para colocar su deuda. Este fue el caso de BBVA, que al disponer de liquidez suficiente prefirió posponer una emisión en dólares a tener que pagar el sobreprecio que se le reclamaba. El gobernador recuerda que, en general, el sistema financiero es muy sólido, si bien es también muy heterogéneo y algunas entidades han incurrido en mayores concentraciones de riesgo. Tirón de orejas al sector Ordóñez aprovecha la ocasión para indicar las tres mayores debilidades de la banca española. La primera sería la excesiva dependencia de los mercados de capitales, que al encarecerse ha desencadenado la guerra del pasivo. El segundo desequilibrio se refiere a la exposición del sector inmobiliario, actualmente en un fuerte proceso de ajuste, y advierte a las entidades que aunque adjudicarse inmuebles a cambio de las deudas es legítimo no puede justificar una "dilación en el reconocimiento de las pérdidas". La última debilidad se refiere al exceso de capacidad en el sector, consecuencia del exceso de oficinas abiertas en los años anteriores, y afirma que ya no tiene sentido "una red tan tupida". El gobernador también hace referencia a los próximos cambios regulatorios, que tendrán "impacto significativo" en las entidades. En su opinión, la banca lo ha entendido también así y por ello ya han iniciado el reforzamiento "de manera notable" del nivel y calidad de su capital. Los cambios elevarán el nivel de solvencia que deben mostrar las entidades, además de exigir mayores reservas de liquidez. Según los cálculos de La Caixa, el sistema financiero precisará 45.000 millones de euros adicionales para adecuarse a las exigencias de Basilea III, mientras que precisará de 300.000 millones extra para tener el nivel adecuado de liquidez.