Borrador del Plan de Acción Nacional de Energías Renovables, elaborado por Industriamadrid. La Directiva europea aprobada el año pasado, relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables, esta- blece que cada Estado miembro elaborará un Plan de Acción Nacional en esta materia para conseguir unos determinados objetivos. Para España, estos objetivos se concretan en que las energías renovables representen un 20 por ciento del consumo final bruto de energía, con un porcentaje en el transporte del 10 por ciento, en el año 2020. Los Estados miembros deben notificar a la Comisión Europea estos planes de acción a más tardar el 30 de junio de este año. La aportación de las energías renovables al consumo final bruto de energía en España se estima para el año 2020 en un 22,7 por ciento, casi tres puntos superior al objetivo obligatorio fijado por la Unión Europea para sus estados miembros, mientras que la aportación de las renovables a la producción de energía eléctrica alcanzará el 38,2 por ciento. Los datos están contenidos en el anticipo del Plan de Renovables 2011-2020 elaborado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Las proyecciones de consumo en términos de energía primaria apuntan al mantenimiento del petróleo como primera fuente en la demanda nacional, aunque su participación experimentará, no obstante, una importante reducción relativa. El plan no considera ningún cambio significativo, asimismo, en lo relativo a la energía nuclear, que seguirá presente en el panorama energético con las siete centrales existentes, "las cuales seguirán cubriendo de manera estable en torno a un 10 por ciento de la demanda energética a lo largo del periodo considerado". Gas natural Según el plan, debido "a la exigencia de los imperativos energéticos y medioambientales, unidos a la necesidad de dar solución a la elevada dependencia, junto a las previsibles inversiones en infraestruc- turas, hacen prever que siga ganando importancia en la cesta energética el gas natural". En 2020 representará el 50 por ciento de la demanda, frente al 36 por ciento que aportará el petróleo.